Los orígenes de esta posada se remontan al siglo XV y, como tal, el edificio es del gusto gótico de las construcciones de la zona (el Valle de la Tobalina).
Los responsables del establecimiento encontraron este edificio, situado en el casco urbano, casi en ruinas y emprendieron su rehabilitación. En su interior se descubrió, prácticamente por casualidad, una insólita colección de frescos del siglo XVI, que hoy se exhiben en la casa, junto a piezas de artesanía, cabeceros de forja, suelos de madera y edredones de plumas.
Cada habitación (hay seis dobles y una individual) está pintada en un color diferente y son muy acogedoras. El servicio más importante que se ofrece en ellas es la tranquilidad, ya que no disponen de teléfono, ni televisión, ni minibar. Ofrece, en cambio, un gran salón-biblioteca y la planta baja cuenta con comedor, bar y un espacio común destinado a TV y juegos de mesa.
Personalmente me alojé en esta casa rural durante un fin de semana (marzo de 2010) y ocupé la habitación número 3, muy amplia y de decoración cuidada, con mobiliario artesano de madera y forja, radiadores de fundición e iluminación tenue.
El entorno que rodea a la Posada es perfecto para pasear en bicicleta o practicar piragüismo y senderismo. También es posible visitar lugares tan fascinantes como Frías (situado a 10 km.), una localidad medieval cuyo principal atractivo es un castillo impresionante edificado en la roca. También son curiosos los municipios de Valderejo y Medina del Poma y los pueblos abandonados de Tamayo y Ribera.
El lugar es ideal para desconectar y la atención es inmejorable, con un trato muy familiar, pero la intimidad suficiente para pasar un fin de semana romántico en pareja.
En el restaurante de la Posada se ofrecen desayunos (4 euros por persona) y cenas, muy elaboradas con productos ecológicos y de primera calidad, así como diferentes especialidades de comida tailandesa, marroquí y asiática. El precio, es inmejorable, unos 14 euros por persona, por los que podréis degustar platos tradicionales como los garbanzos fritos, la carrilera y el rabo de ternera con un toque muy personal.
No puedo dejar pasar la oportunidad de recomendaros que la visitéis si queréis disfrutar de un buen hotel sin vaciaros el bolsillo (60 euros por noche la habitación doble).