La posada La Torre de Herrán es un edificio antiguo situado en pleno centro de Herrán (Burgos) que ha sido muy bien restaurado,pero los dueños han olividado incluir algunas comodidades muy necesarias para los turistas que optan por el turismo rural sin renunciar a ciertas comodidades.
Es una posada pequeña. Sólo tiene siete habitaciones y sólo una de ellas es individual, las restantes son dobles.
Son habitaciones muy coquetas, pero no disponen de comodidades a las que estamos acostumbrados como por ejemplo un minibar, teléfono ni la imprescindible, para mí, televisión. Sus propietarios deben pensar que estamos en el siglo XVI.
Para ver la televisión tienes que bajar al salón-biblioteca. Allí además de televisor hay bar, comedor, y una zona de juegos de mesa.
No me gustó nada. Mi esposo la eligió para un fin de semana romántico y yo pasé los días quejándome por no tener televisor en la habitación ni conexión a Internet. Encima encontré la cama dura. El mobiliario del cuarto, tan de anticuario, no me inspiraba ningún romanticismo. ¿Y qué decir de los techos abuardillados?
Lo que me gustó fue el rabo de ternera que te servían en el restaurante. Comimos por unos 15 euros cada uno, 30 euros los dos. En comida un ocho, en comodidades un cero patatero. También podías degustar platos de las cocinas tailandesa, asiática, marroquí o productos tan exóticos como los erizos de cerdo.
Es un alojamiento para quien quiera regresar al siglo XVI, Hasta tiene murales en las paredes. Por suerte, en las habitaciones incluyeron el correspondiente cuarto de baño.