Pese a que está muy bien restaurado, yo he notado cierto toque monjil en este hotel de cuatro estrellas que fue en su día un convento frascincano.
No es grande. Sólo thabitaciones, dos dobles con salón incluido. Nosotros nos alojamos en una de esas habitaciones dobles.
Era una habitación cómoda con vistas al claustro.
El hotel conserva la iglesia, que también ha sido remozada. Cuando estuvimos nosotros, celebraron una boda en esta pequeña capilla.
Comimos como reyes en ete del propio hotel. Se llama el Toro de San Marcos.
Lo mejor fue sin duda la gastronomía. Nos sirvieron un excelente cordero.
La decoración es antigua, muy de convento. Paredes de piedra sin recubrir, bóvedas, alfombras de otros tiempos. Pero en las habitaciones no te faltan comodidades, una buena cama y silencio, mucho silencio. El mismo silencio que encuentras en el precioso jardín.
El Hotel Rural Rio Convento de la Luz es una buena opción para pasar un fin de semana tranquilo con tu pareja.