La Casa Batlló de Barcelona es un edficio emblemático de la ciudad condal.
La única desventaja que le encontré fue lo cara que es la entrada. Te cobran por pasar a su interior 18,20 euros. Multimplicas por dos y es una pasta. Aun así entramos, déspués de esperar una larga cola y valió la pena.
Si por fuera es preciosa, por dentro es encantadora. Poco tiene que nvidiar a "La Pedrera", el edificio de Gaudí ubicado en el mismo Paseo de Gracia.
Su fachada combina los colores blanco y azul en un diseño de líneas curvas salpicado pro grandes ventanas que también se alejan de las línes rectas.
La fachada gana mucho con la iluminación artificial durante la noche. Se vuelve más misteriosa.
Dentro tiene inumerables habitaciones y grandes salas que poco pudimos disfrutar porquhabía un exceso de visitantes.