Recuerdo que hubo un momento en que todo el mundo llevaba el perfume de Thierry Mugler, tanto hombres como mujeres. Se puso tan de moda, gustó tanto su aroma, que allá donde fueras seguro que alguien lo llevaba. Ahora esta tendencia a decaído un poco, y es que llevar la gran mayoría el mismo perfume cansa. En su versión para hombre es un perfume envolvente, intenso, de aroma fácilmente reconocible, es inconfundible, no hay otro que se le parezca, y como de costumbre, las burdas imitaciones que de él se han hecho son pésimas y mareantes. Es claramente un perfume perteneciente a la familia oriental, y aunque contenga notas de cítricos, yo puedo asegurar que nunca las he percibido. Creo que las notas de cítricos habrían dotado al perfume de una acidez y frescor del que carece por completo, es un perfume dulzón e insistente, agradable, eso si, pero que puede resultar excesivo en según que ocasiones. Totalmente prohibido su uso en épocas de calor, puede resultar muy cargante, mejor dejarlo para el invierno o para ocasiones excepcionales, aunque ahora que ha pasado la época de mayor auge, Angel puede sorprender gratamente como perfume único y muy original, y desde luego de una durabilidad sobre la piel excepcional.