Un perfume en un frasco original que no me gusta. Así definiría yo al Thierry Mugler, Angel, Eau de Parfum.
Lo encuentro demasiado intensivo, abrumador. Es el típico perfume que te pones y no te sacas de encima hasta que te duchas a fondo. Se pega hasta a la ropa. Es horrible.
Su frasco tiene forma de estrella. Es de cristal y trasparenta un contenido azulado. Es una botella frágil, rompe con el menor golpe.
Lo encuentro muy dulce. Huele a miel y a vainilla, es pegajoso. Lo compré una vez atraída por el frasco y no pienso repetir la compra.
Es un perfume más para regalar que para regalártelo. Las forma del frasco es original, rompedora, te hace quedar bien. A mi hermana le encanta el perfume. No es mi caso. Lo encuentro poco fresco, muy dulce. Me cansa. Encima es un olor muy intenso que no hay manera de quitarse de encima.