No es una novela que me guste demasiado "el tambor de hojalata" porque es bastante difícil de leer, pese a estar relatada por la primera persona de un niño que regresa a su tercer cumpleaños y nos cuenta su vida, durante los años del triunfo del nazismo en Alemania y del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Oskar cree que no es hijo del tendero que está casado con su madre, una señora polaca enamorada de su primo. Nos habla también de su hermanastro, de su madrastra, de la muerte de su madre (que es quien le regala el tambor de hojalata, de su lucha por sobrevivir como albañil primero y como modelo para escultores y pintores. Finalmente llega la acusación de asesinato, el manicomio, la posible revisión de la condena.
Me pareció una novela triste, muy triste. Grass intenta introducir el humor en las palabras de su protagonista, pero no lo consigue. Sólo llega a lo tragicómico, no a la comedia que parece buscar.
El libro es extenso. Tiene 680 páginas que son muchas. Se me hizo eterno.
En una segunda relectura gana interés. Recomendaría leerlo a trozos. Más que por lo que cuenta es como lo cuenta lo que hace interesante la novela.
No es una novela para gente joven. Yo intenté leerla con 15 años y tuve que aparcarla. Me dormía. Con casi 15 años más he conseguido terminarla.