Las Soft Keys de Chicco son un dos en uno. Por un lado son un sonajero. Por otro lado son una especie de mordedor indicado para bebés de más de tres meses, que es cuando empiezan a echar los dientes y necesitan fortalecer las encías mordiendo.
Estas llaves las encuentras a vender en cualquier juguetería o centro comercial. Las venden en distintos colores. Y a mi niña le compré unas en blanco y azul. Su hermana las tuvo rosas.
Son un clásico. Hace años que se comercializan con éxito. Su diseño es de diez. Son grandes, permiten que los bebés las sujeten bien, son resistentes... No importa que las tiren al suelo o que estén todo el día mordiéndolas. No rompen. Son muy robustas.
Sólo son tres y no hacen mucho ruido como sonajero. Se las puedes dejar al bebé para agitar sin que te vuelva loca con el ruido. Mi niña más que sacudirlas las muerde. Lo mismo hacía en su día su hermana hasta que se las quité con ya cuatro años. El dentista me dio que no era bueno dejarle mordedores con tanta edad porque le salían mal los dientes. Bueno, no es que le salieran mal, es que se le colocaban mal.
Pero para bebés que están con la dentición van perfectas. Son hasta baratas. Me costaron 5,50 euros. Una ganga. Mis niñas, tanto la mayor como la pequeña, las utilizaron y utilizan mucho. Es el juguete que más les llama la atención a los bebés. Mis niñas lo prefieren a un juguete más caro. Los bebés suelen decantarse por la sencillez.
Es un juguete que también puedes usar como un elemento educativo. Yo nunca se lo doy a la niña cuando llora. Parece que no entiende, pero ella se da cuenta que si se pone pesadita no hay llaves. Lo mismo hacía con Patricia y me daba muy buen resultado.