El Hotel Sana Capitol Lisboa es un hotel muy recomendable para alojarte en la capital lusa si vas de turismo. Está en el centro de la ciudad y no es nada caro.
La desventaja es que, pese a su buena ubicación, cuesta algo encontrarlo si no conoces bien Lisboa. Está en una calle bastante escondida.
La ventaja es que es un hotel tranquilo. No es grande. Tampoco son grandes las estancias comunes. La recepción, por ejemplo, es pequeña.Lo mismo puedo decir del bar. Sólo estuvimos en el bar un par de veces. Tenía unos sillones muy cómodos donde podías sentarte para ver la televisión.
Me gustó su decoración que combinaba modernidad con un estilo bastante zen.
Todo estaba muy limpio aunque tuve que llamarles la atención en el tema de cambio de toallas. Yo las quiero limpias todos los días, no que me las dejen sin lavar de un día para otro.
Nuestra habitación no era grande. Estaba decorada con un estilo minimalista y esto hacía que ganara espacio. Tenías sitio para dejar las maletas. No tanto para colgar las cosas en el armario porque no daba para mucha ropa. La cama era de matrimonio, pero no tan grande como a mí me gustaría. El colchón era cómodo. Dormimos como dos benditos gracias a que no había ningún ruido de noche. Dentro era silencioso poca gente y los ruidos de la calle no llegaban porque no los había. El hotel está en una calle por la que pasa poca gente de día y casi ninguna de noche. Es su mayor ventaja: el silencio. Sólo por eso vale la pena alojarse en este Hotel Sana Capitol Lisboa.
Del desayuno lo mejor era el café. En lo demás normalito. Fruta, bollería, embutidos, cereales y vete parando de contar.
El personal es atento, pero a veces tienes que decirle cosas tan obvias como que hay que cambiar las sábanas de la cama a diario.