El Hotel Guadalmina es un hotel que le gusta mucho a mi chico porque es perfecto para ir a practicar el golf, uno de sus deportes favoritos. Tiene un campo de golf propio bastante decente y te hacen ofertas los campos de golf de los alrededores si estás alojada en este hotel.
A mí me gusta por sus maravillosas vistas. Desde el restaurante del hotel ves todo el mar. También lo veías desde la habitación que nos tocó la última vez que estuvimos. Era una habitación espaciosa, con terraza y muy luminosa.
Los jardines del hotel son preciosos. Da gusto pasear por ellos. Lo mismo puedo decir de la zona donde está ubicado el hotel. Es un sitio tranquilo, con preciosas casas unifamiliares.
El hotel está muy bien gestionado. Cuidan hasta el más mínimo detalle para que te sientas cómoda. Por ejemplo, te ofrecen libros para leer cuando estás en las tumbonas que hay al lado de la gran piscina que está al lado del mar.
No os recomiendo mucho pasaros por el restaurante. Cobran mucho. Nosotros sólo fuimos una vez a cenar. Los otros días íbamos a comer a Puerto Banús.
En el hotel hay muchos servicios gratuitos: el acceso a Internet, el parking, las tumbonas de las piscinas,...
No todas son ventajas, por supuesto. Yo eché en falta un kiosko donde poder comprar la prensa.
Este hotel es perfecto para pasar unas vacaciones tranquilas en Marbella. Yo iba mucho a Marbella ciudad porque soy una urbanita empedernida. En diez minutos de coche me ponía en su centro histórico. Mi chico había elegido el Hotel Guadalmina justo por su ubicación que nos permitía a él disfrutar del golf y a mí ir de tiendas por Marbella.
No es que en el hotel te aburrieras, pero donde hay una ciudad para pasear que me quiten tanto baño turco, tanto spa y esos tratamientos de belleza que pronto me aburren.
El hotel estaba muy limpio y ordenado. La decoración era clásica, mucho marrón y mucho blanco. Lo mejor estaba fuera, en los jardines. Lo peor fue el cuarto de baño algo cutre que nos tocó. Después de ver la amplitud de la habitación te esperabas un baño más grande. Era minúsculo. Dos personas dentro estábamos como dos sardinas en lata. La bañera era pequeña, los sanitarios no eran gran cosa en general. Menos mal que estaba impoluto y que cambiaban las toallas todos los días.