El Hotel Palacio Marques de la Gomera, Sevilla, es un hotel en el que te sientes como una reina. No es para menos porque el hotel es en realidad un viejo palacio del pueblo de Osuna.
Mi marido lo eligió porque le llamó la atención el edificio. Le pareció ideal para uno de nuestros viajes románticos.
A mí no me pareció tan ideal. Por dentro, quitando la vistosa escalera, era bastante cutre. Sólo había veinte habitaciones con una decoración más rústica que de palacio.
En todo caso, como os decía, me sentí como una reina. Los edificios antiguos siempre me hacen pensar en tiempos pasados. Aquellos techos abuhardillados de nuestro cuarto me hacían pensar en las habitaciones de las criadas de los palacios.
Comodidades no tenías ninguna. Ni siquiera había un triste televisor. Lo eché en falta. Más en falta eché una conexión a Internet. Estábamos como en la Edad Media.
Lo único que podías hacer en el Hotel Palacio Marques de la Gomera, Sevilla, era leer los libros que llevabas. Dormir poco dormí. La cama tenía un colchón tan duro que me quitaba el sueño. Mi marido, en cambio, durmió como un lirón. Yo pasé las noches leyendo y tomando algo del mueble minibar, la única comodidad que tenía a mi alcance dentro de aquel recinto.
No creo que vuelva. Mucho tienen que mejorar este hotel sus propietarios para tenerme a mí otra vez como clienta. Yo necesito una cama con un colchón más cómodo, un buen televisor y conexión a Internet. Allí para conectarte a la red de Redes tenías que bajar a una zona de wi fi gratis.