Meliá Lebreros, Sevilla: un hotel con colchones cómodos
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Scarlett2000
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Acerca de:Hotel Meliá Lebreros [Sevilla]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
El Meliá Lebreros, Sevilla, es un hotel grande en el que vale la pena alojarse. Está en el barrio del Nervión, enfrente de El Corte Inglés y del campo del Sevilla. Tiene, pues, una ubicación fantástica para ir de compras al centro comercial más famosos de toda España. Yo aproveché para comprar regalos para madre y suegra en El Corte Inglés.
Nos dieron una habitación recién reformada. Era más cara, pero yo preferí pagar diez euros más a meterme en una habitación con moqueta gastada en el suelo. Las habitaciones que tienen reformadas no están enmoquetadas, cosa que yo prefiero. La moqueta, por limpia que la tengan, siempre me da sensación de suciedad.
Nuestra habitación estaba en la sexta planta y era muy tranquila. NO escuchabas ningún ruido. La tenían muy bien insonorizada. No se oían ni los ruidos de la calle ni los ruidos de las habitaciones vecinas. También tuvimos la suerte de estar en una zona donde las habitaciones eran familiares. Los huéspedes no eran de los que montan jaleo.
La cama era cómoda. Teníamos una cama a mayores para las niñas igual de cómoda. Los colchones eran blandos sin ser demasiado blandos. Eran como a mí me gustan: que no te sientas como encima de una tabla. Dormí tan bien como en mi casa.
La decoración de nuestra habitación era, como la del resto del hotel, bastante funcional; con bastante estilo Ikea. Lo mismo puedo decir del cuarto de baño, donde había una ducha que funcionaba de maravilla.
NO nos quedamos a desayunar. El desayuno no nos entraba en el precio y, como era muy caro, preferimos salir a desayunar en una cafetería de la zona. Yo lo suelo hacer cuando viajo sola. Mi marido, en cambio, es más de quedarse en los hoteles a desayunar lo que sirven en los buffets.
Del personal del Meliá Lebreros, Sevilla, sólo pedo decir maravillas. Son muy majos. Majos y eficientes. En recepción acabas en un plis plas, pese a que estamos hablando de un hotel bastante grande.
Nos dieron una habitación recién reformada. Era más cara, pero yo preferí pagar diez euros más a meterme en una habitación con moqueta gastada en el suelo. Las habitaciones que tienen reformadas no están enmoquetadas, cosa que yo prefiero. La moqueta, por limpia que la tengan, siempre me da sensación de suciedad.
Nuestra habitación estaba en la sexta planta y era muy tranquila. NO escuchabas ningún ruido. La tenían muy bien insonorizada. No se oían ni los ruidos de la calle ni los ruidos de las habitaciones vecinas. También tuvimos la suerte de estar en una zona donde las habitaciones eran familiares. Los huéspedes no eran de los que montan jaleo.
La cama era cómoda. Teníamos una cama a mayores para las niñas igual de cómoda. Los colchones eran blandos sin ser demasiado blandos. Eran como a mí me gustan: que no te sientas como encima de una tabla. Dormí tan bien como en mi casa.
La decoración de nuestra habitación era, como la del resto del hotel, bastante funcional; con bastante estilo Ikea. Lo mismo puedo decir del cuarto de baño, donde había una ducha que funcionaba de maravilla.
NO nos quedamos a desayunar. El desayuno no nos entraba en el precio y, como era muy caro, preferimos salir a desayunar en una cafetería de la zona. Yo lo suelo hacer cuando viajo sola. Mi marido, en cambio, es más de quedarse en los hoteles a desayunar lo que sirven en los buffets.
Del personal del Meliá Lebreros, Sevilla, sólo pedo decir maravillas. Son muy majos. Majos y eficientes. En recepción acabas en un plis plas, pese a que estamos hablando de un hotel bastante grande.
Fecha:07:18:55 25/05/15
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
Etiquetas:hoteles, alojamiento, Sevilla, Andalucía, Meliá
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