El Museo de la Automoción,Salamanca, es, como lo llaman mis hijas, el museo de los coches. Está a la derecha del río Tormes junto al puente romano.
Este museo inaugurado el año 2002 tiene más de 200 coches, algunos de ellos donados por la Dirección General de Tráfico. Sólo tienen en exposición la mitad. Los restantes suelen estar guardados o bien en reparación.
Dije que son coches las piezas que se exponen. Bueno, habría que matizarlo porque los primeros intentos de mecanización del siglo I a.C. yo no los llamaría coches. Lo que más me gustó fue su colección de Vespas.
Lo malo es que la entrada no es gratis. Nos cobraron 4 euros por cabeza. No es que sea un precio caro, pero multiplicado por cuatro es una cantidad que te tienes que quitar del tapeo.
No necesitas tener granes conocimientos para enterarte de lo que estás viendo porque cada coche o pieza expuesta tiene un cartel con toda la definición precisa para informarte a fondo. Nosotros en media hora vimos todo lo que había que ver. Pasamos de leer tanto cartelito. Había gente que se paraba a leer todo lo que encontraba escrito. No sé como no los echaban de allí.
Os lo recomiendo. Es un museo que gustará a los amantes del motor y que no disgusta a los que somos menos amantes de los coches. Me resultó interesante ver coches antiguos y divertirme con las caras que ponían mis niñas al ver algún modelo de cuatro ruedas.
Los coches los tienen muy limpios. Hasta las ruedas les limpian. Como decía mi marido, no huelen a carretera.