El Café de París en Praga tiene un entrecot con patatas que te chupas los dedos. Nosotros fuimos a comer y a cenar a este restaurante de Praga un día de los cinco días que estuvimos en la ciudad por trabajo.
No es un restaurante muy caro. Por unos ochenta euros comimos cuatro personas y salimos bien comidos. No es de los restaurantes de los que sales hambrienta. Lo que sí sales es asqueada. Cuando estuvimos nosotros tuvimos la mala suerte de que tanto en la comida como en la cena había clientes con perros. A mí los animales me dan asco. Dejé la mitad de la cena al ver como una vieja le daba al perro de comer con su propio tenedor. El tenedor iba de su boca a la boca del perro. Un asco total.
Encima los camareros no son nada rápidos. Tardan en cobrar y tardan en servir. Entre un plato y otro te da tiempo a contar una película a tu pareja.
Mi chico tenía otra mesa reservada para el día siguiente. Le dije que anulara la reserva. Yo no aguantaba ora comida rodeada de perros. Para eso me iba a una cuadra directamente. Aquello era peor que una granja.
No os recomiendo el Café de París en Praga ni por su delicioso entrecot con patatas. Lo puedes comer en otros restaurantes de Praga en los que no hay perros. Yo prefiero un entrecot con patatas menos sabroso, pero que pueda comer porque no hay perros a mi alrededor.
Es muy famoso. Suele estar hasta los topes. Como no hagas reserva, no tienes mesa disponible. En todo caso, no creo que vuelva. Sólo volvería si vuelvo a Praga y sé que han dejado de admitir mascotas.
Los menús son muy de comida checa típica. Lo mismo puedo decir de los postres. Son postres de la zona, muy ricos por cierto. Los presentan muy bien y tienen un sabor delicioso.