Si no conoces el famoso Algarve (Portugal), debes ir a conocerlo lo antes posible. Es otro Portugal, el Portugal chic que tanto gusta a los que nos gusta el lujo.
Yo estuve en el Algarve antes de casarme. Fui con unas amigas y quedé encantada del ambientillo que había. Me recordó un poco Marbella. volví muchas veces, ya casada. La última vez fue este pasado verano.
Es una zona de de llanuras enormes. Te sientes en tu salsa si no te gustan las montañas, como es mi caso. Para mí no hay nada que me dé más tranquilidad que unos páramos interminables, que parecen tocar el horizonte.
Hay muchas aldeas con lindas casitas blancas que parecen de postal. También ves castillos de otras épocas, en las que la gente rica vivía tan bien como viven hoy.
Nosotros hicimos un recorrido por las orillas del Guadiana, y no nos olvidamos de visitar la costa, llena de playas acogedoras y acantilados que quitan el hipo con sólo verlos. A los acantilados no llevamos a las niñas. Fui con mi marido y no creo que vuelva por allí porque los acantilados cada día me dan más vértigo. Las playas, en cambio, me enamoran. Encuentras playas en las que no hay nadie y estás como si la playa fuera sólo tuya.
Os recomiendo también ir de restaurantes. Los portugueses son unos artistas a la hora de elaborar manjares con productos muy sencillos. Por ejemplo, todo lo que es el cerdo pobre, entiéndase patas y cabezas de cerdo, te lo preparan delicioso. Es una pena que muchas tengamos estómagos demasiado delicados para abusar de los platos grasientos.
El Algarve es la región mejor conservada de Portugal en lo que a arquitectura antigua se refiere. bien merece una visita el Centro histórico de Evora, Patrimonio de la Humanidad, los pueblos amurallados como Marvao, Castelo de Vida o Montaraz que tanto le gustan a mi chico. La última vez fuimos a ver los megalitos, las villas romanas y algunos pueblecitos perdidos en el mapa donde había vestigios de presencia islámica.