Tengo que reconocer que ya hace unos años que mi manera de viajar ha cambiado y mucho. Antes me llevaba casi estudiados todos los monumentos a visitar en el destino, incluso la estatua más insignificante. Si aparecía en las guías de viaje yo tenía que desplazarme kilómetros para verla. Sin embargo, cuanto mas viajo mas cuenta me doy que muchas de las cosas que aparecen en las guías tienen mucho interés desde el punto de vista histórico, pero a mi no me aportan nada.
Eso es lo que me ha pasado con la Iglesia de los Clérigos, es algo que si no ves no pasa nada. Creo que Oporto tiene un encanto propio que consiste en perderte por sus calles y llegar hasta la Ribera del río, coger un tranvía que te ascienda por sus empinadas calles y cruzar por alguno de sus puentes al otro lado del río para visitar alguna de sus bodegas, pero que desde el punto de vista arquitectónico nada en concreto merece mucha mención, por mucha historia que el edificio en si tenga detrás. Todo en su conjunto es interesante pero yo no destacaría nada.
Lo bueno que tiene la Iglesia de los Clérigos es que te la encuentras en tu paseo por las sinuosas calles. No lo recuerdo, pero seguro que nosotros la íbamos buscando porque estaba señalada en el mapa que te dan en la oficina de turismo y nos dimos de bruces con ella. Tanto bombo y seguíamos dudando si era o no, hasta que la rodeamos y vimos su espectacular torre y es que si la iglesia no tiene nada especial, la Torre ya es otro cantar. Sus 76 metros y su ubicación en una de las zonas más altas de la ciudad, hacen que sea visible desde muchos puntos de Oporto. Nosotros ya la habíamos visto desde el otro lado del río y pensábamos que era una torre de la Catedral, pero no, es la Torre de los Clérigos.
De estilo barroco, data del siglo XVIII y su conservación es excelente. Es una torre decorada, con muchas elaboraciones y que destaca precisamente por eso. Es lo único que resaltaría de toda la Iglesia, que también es barroca, pero como ya he visto muchas iglesias de ese tipo, pues como que no resulta sorprendente.
Lo mismo ocurre con su interior. No destaca por nada en especial, no es muy grande y es mas de lo mismo. Una iglesia con su altar mayor, retablo y, blablablá. La torre es visitable, pero no es gratis, la iglesia si.
Nosotros no subimos a la torre, pero seguro que sus vistas son espectaculares. Tiene que verse toda la ciudad. Es la torre más alta de Portugal, así que es normal que aparezca en las guías. Y si, si que merece la pena verla, sobre todo porque no hay que desviarse nada.