Bourjois es una marca de cosmética francesa de gran consumo, que es lo mismo que decir que es una marca de maquillaje de las baratas, de las que se dejan mas dinero en publicidad que en investigación e ingredientes selectos en sus productos. Eso le permite tener unos precios competitivos y una relación calidad precio aceptable, aunque una vez que has probado marcas más prestigiosas te das cuenta de que “algo tiene el agua cuando la bendicen”.
Y es que los productos de Bourjois tienen buen precio pero no todos tienen un resultado genial. A veces merece la pena pagar mas y ese es el caso de la sombra de ojos y eso que no es de los productos más baratos que tiene. Quizá por eso tenía unas expectativas más altas, por los 11,90 € que me costó la sombra.
Realmente sólo tiene un inconveniente y es bastante solucionable, con lo que puede que repita. Su desventaja es la duración del producto en piel. Yo estoy acostumbrada a maquillarme por la mañana y no volver a retocarme y aún así, llegar a media tarde y tener el maquillaje impecable. Pues bien, la sombra de ojos de Bourjois me exige un retoque al mediodía porque a medida que pasan las horas ha ido perdiendo su brillo y su color, quedando unos restos como brillantes que me dan luminosidad al párpado pero que no lo cubren.
Ya os dije que eso es fácil de solucionar porque es producto es muy portable, en su estuche redondo con espejo, y una textura polvo-crema que hace posible que se pueda aplicar con las yemas de los dedos.
La otra ventaja es la variedad de colores que tiene, desde el más blanquito hasta negro pasando por rosas, verdes, azules, y acabados pastel y eléctricos. Vamos, para todos los gustos.