Mi marido le echa mucha imaginación a la vida y también a la naturaleza. Lo comprobé cuando nos llevó a la Ruta de los Dinosaurios en La Rioja. Miraba las piedras y decía que allí habían puesto sus pezuñas esos bichos que desaparecieron hace miles de años o millones, no sé. Lo que sí sé es que aquello no era nada de los dinosaurios. Eran piedras que fueron erosionadas por las lluvias y las intemperies con formas extrañas. Nada más.
Nosotros recorrimos las varias son las localidades riojanas que cuentan con esos restos dejados por los dinosaurios, como decía mi chico y dicen los lugareños para atraer al turismo. En tierras de Munilla, Arnedillo, Cornego e Igea pueden encontrarse diferentes yacimientos en los que observar las famosas icnitas fosilizadas, auténticas huellas de supuestos dinosaurios marcadas sobre la roca.
Lo pasamos bien. Hacía buen tiempo y me apetecía pasar un día en plena naturaleza con las niñas después de tanta ciudad. Mi chico le puso la amenidad al paseo con sus explicaciones. Mis niñas están muy interesadas en esos horribles animalitos que desaparecieron de nuestro planeta con un cambio climático. No supieron adaptarse los pobres.
Anduvimos bastante. Partimos de de Enciso y nos fuimos por una senda que recorre el valle del río Cidacos haciendo paso por tres de los yacimientos de icnitas más importantes de La Rioja: el Yacimiento de la Virgen del Campo; el Yacimiento de La Senoba y el Yacimiento de Valdecillo. Unos seis kilómetros. En mi vida había andado tanto.
Os recomiendo esta ruta. Es perfecta para hacerla con amigos. Mi chico me hizo la ruta muy amena con sus explicaciones. Pero os aseguro que aquellas huellas no eran de dinosaurios. Más bien serían de humanos que hicieron la gracia para atraer turistas a unos parajes dejados de la mano de Dios y de la civilización divertida. La gente le echa mucha imaginación al asunto para ganarse la vida. Hacen bien.