Me encantó el Tivoli Marina Vilamoura, en la ciudad del mismo nombre en Portugal. Es un hotel de habitaciones descomunales, estancias comunes elegantes y unas vistas al mar que te levantan la moral si andas un poco deprimida, como andaba yo cuando pasé unos días con mi marido y con mis hijas en esta maravilloso hotel del país vecino. Volvería sin pensarlo dos veces.
La depresión se me pasó paseando con mis niñas por sus inmensos jardines privados. Tiene unos jardines de palacio imperial. Conseguí una canguro para hacerse cargo de mis dos preciosidades y me fui al spa del hotel. Es enorme. Lo mismo puedo decir de la piscina al aire libre que tanto gusto a mis hijas.
Nuestra habitación era muy luminosa y estaba decorada con decoración estilo hotel, pero con un gran gusto en los detalles. Me gustó mucho, por ejemplo, la pared que estaba forrada de madera detrás de la gran cama de matrimonio. Te daba sensación de limpieza. Teníamos en nuestro cuarto TV satélite, minibar y baño privado con artículos de aseo gratuitos en cantidades suficientes.
Lo que no puedes perderte son las tumbonas que tienen en la playa. Son tumbonas tipo cama de dosel con unas cortinas que te quitan el molesto sol y te permiten leer al aire libre y cerca del mar. Tampoco debes perderte el spa de este hotel. El spa del Tivoli cuenta con bañera de hidromasaje, sauna seca y húmeda y tratamientos corporales y de bienestar.
Os recomiendo el Tivoli Marina Vilamoura. Este hotel es perfecto para pasar unos días con tu familia. Te tratan como una reina y tiene todo muy nuevo. No le ves una cama vieja y los sanitarios de los cuartos de baño se ven nuevecitos. Está muy bien para unas vacaciones de sol y playa como para unas vacaciones más culturales. Tienes a unos 15 minutos a pie las ruinas romanas que hay al otro lado del puerto deportivo y a 5 minutos en coche te pones en el campo de golf Oceanico Pinhal. El establecimiento dispone de aparcamiento gratuito, lo cual a nosotros nos vino de cine.