El Hotel Barcelo Habana Ciudad me pareció muy caribeño con sus habitaciones pintadas en alegres colores chillones y su ropa de cama igual de chillona. Estaba limpio, cosa que valoro mucho. Fue lo primero que miré. A su limpieza contribuían mucho los suelos de baldosa de la habitación grande que nos dieron.
Estuvimos cómodos. Teníamos tres camas por el precio de una. Las niñas pudieron dormir cada una en su camita y nosotros compartimos la cama de matrimonio feliz. La habitación era muy luminosa, tanto que te despertabas antes de que tocara levantarse. La luz entraba a raudales y poco hacían las cortinas y persianas para parara tanta luminosidad.
Nos dejaron una caja fuerte para guardar los portátiles. Nos vino bien. Yo mi portátil lo escondo en cualquier sitio, pero mi marido quiere la caja fuerte sí o sí. El televisor era grande, de plasma y con muchas cadenas que emitían telenovelas rosas. Teníamos un escritorio grande.
El cuarto de baño no estaba mal. Buena ducha, buena bañera y aseos nuevos. El secador de pelo no lo utilizamos. Tampoco echamos mano de los geles. Llevábamos nuestros propios geles y champúes.
La piscina del hotel está muy bien. Es circular y está muy concurrida. Yo sólo fui una vez con las niñas. Lo que no me perdí ningún día fueron los baños de vapor. Son fantásticos. Os los recomiendo, igual que os recomiendo este hotel que está al oeste de la capital de Cuba. Es de los mejores de la isla.
Nosotros alquilamos un coche para movernos por los alrededores. Nos pareció la opción más segura. A 10 minutos en coche nos pusimos en La Colmenita, la Casa Del Amistad y el Monumento a Jose Marti. El Acuario Nacional está a 10 minutos. Mis hijas lo disfrutaron mucho. Les encantan los pececitos grandes. El aeropuerto internacional Jose Martí está a 15 minutos en coche del hotel.
Este cuatro estrellas casi merecería la quinta estrella. Está muy bien y el personal es muy amable. Su centro de bienestar es muy recomendable.