Lo pasamos muy bien en el Hotel do Mar, en Sesimbra, Portugal. El hotel está en la ladera de una cocina. Por la noche las vistas del puerto eran preciosas desde la ventana de nuestra habitación. La playa te quedaba justo delante.
Yo sólo le encontré ventajas a este hotel de sol y playa en plan bien. Es un hotel donde respiras en todas sus estancias el lujo más propio de otra época, cuando la gente quería hospedarse en hoteles que recordaban más un palacio que sus humildes casas.
Nuestra habitación, igual que las restantes habitaciones del hotel, contaba con una terraza con vistas al mar. Poco la pudimos disfrutar porque los dos días que estuvimos llovía a mares. nada da playa, nada de terraza y mucho de restaurantes y habitación. Cuando no puedes salir por el mal tiempo alargas las comidas.
El hotel de este restaurante cuenta con una gran variedad de platos portugueses. Los dulces están deliciosos. También los vinos. A mi chico le llamó la atención la variedad de sus caldos.
Fue una pena que no hiciera buen tiempo. Mi chico quería dar un paseo en barco. Los organizan en el mismo hotel. Yo me hubiera ido de tiendas. Siempre encuentro un establecimiento ideal para gastar mi dinero.
Os recomiendo este hotel. Las habitaciones son grandes. La nuestra tenía unas camas muy cómodas, era amplia, tenía tv vía satélite y conexión wi fi gratis. También el parking era gratuito.
Otra ventaja a tener en cuenta es la limpieza que ves por todas partes. Los suelos de la habitación estaban impolutos. Lo mismo puedo decir de los suelos de las estancias comunes. El salón donde sirven el desayuno estaba muy ordenado. El desayuno era surtido y tenía de todo. A mí me gustan los desayunos ordenados, con todo bien colocadito y en abundancia. Fue lo que encontré en este hotel.