El Kilimanjaro es el monte más alto de África. Mi chico quería ir a verlo y subió el sólo con un petate de 15 kilos sobre su espalda. Llevaba todo lo que necesitaba para sobrevivir sin comodidades cuesta arriba. Tardó siete días en volver a verme, es decir, en regresar a los pies del monte donde lo estaba yo esperando. No hubiera subido tantos metros ni loca.
No es que estuviera siete días subiendo. Cinco días estuvo aclimatándose. Temían los que organizaban la excursión que no resistiera el cambio de temperatura. Yo no tenía ningún temor. Mi amor está acostumbrado a pasar del calor al frío y viceversa.
Os recomiendo ir a ver el Kilimanjaro de cerca. Es precioso. A sus pies hay unos bosques frondosos poblados con monos. Me dio pena que los monos fueran la comida de los leopardos. Era horrible verlos corriendo cuando aparecía un leopardo hambriento. Me contó mi chico que había encontrado un paisaje lunar más arriba y en la cara sur de la montaña había un paisaje nevado. Yo me quedé con los monos y los leopardos. habían hecho como un campamento base y estuve mirando la fauna selvática de cerca. Son bichos iguales a los de los documentales de la Dos sobre África. Los que más me gustaron fueron las jirafas. Son preciosas y se ven muy limpias.
También os recomiendo ir preparados físicamente. la subida es dura. hay cinco rutas. Mi chico hizo la Ruta del Rongai. Yo hice la ruta de la acompañante hasta el campo base. Estaba de los nervios porque mi chico es el padre de mis hijas. Sería horrible dejarlas huérfanas.
Os decía que mi chico había llevado un petate de 15 kilos. Lo llevó porque quiso llevarlo. En las excursiones hay gente local que carga con los pesos. Mi chico quiso llevar sus cosas porque decía que no quería abusar del prójimo.