Tavira siempre me parece la ciudad de las iglesias. Está en Portugal y he ido varias veces desde hace años. Yo conocí Tavira cuando era una adolescente. Pasé allí unas vacaciones con mis padres. Entonces no había tantos turistas como hay hoy. Estuve la última vez este verano con las niñas. A mis hijas les llamó la atención que hubiera tantas iglesias.
En Tavira hay 37 templos, 18 iglesias, 6 conventos, 7 capillas, 5 ermitas y un retiro. Mucho templo para una ciudad pequeñita. Nosotros no fuimos a ver todas estas iglesias. Fuimos a ver la iglesia de Santa María do Castelo y el convento de Santo António y para de contar. Yo no estaba para más templos.
Más que las iglesias me gustaron los restos del antiguo castillo del rey Dinis. Es una pena que esté en ruinas. En su día debió ser espectacular. El puente romano también me gustó. Es un puente que une las dos orillas del río que cruza Tavira.
Nos fuimos hasta la Rua da Libertad a ver los edificios renacentistas. Es una calle de la parte antigua de la ciudad. Mi chico dice que la parte antigua de Tavira es la parte más bonita. Estuvimos en el Mercado Municipal del Passeio Público. Nuestro paseo por Tavira continuó por la zona donde se instalaron en su día los mercaderes judíos durante el apogeo del comercio africano.
No acabó ahí nuestro paseo. Mis hijas protestaban, pero yo tenía que ver los hermosos palacios que encuentras cruzando el puente medieval. Mi chico quería entrar en la Iglesias del Carmo. Sólo accedí a subir a la azotea de la Iglesia de Sant´Ana. Desde allí pusimos disfrutar de unas hermosas vistas de toda la ciudad.
Os recomiendo visitar Tavira en Portugal. Me gustaron mucho las puertas de rejas, muy típicas de Tavira. Se ven muchas de estas puertas en la zona de Corredonia. Las casas señoriales de la Rúa da Libertade con sus tejados de tijera también merecen una visita. Y lo que no debes perderte son los dulces. Los hojaldres de Tavira son deliciosos. ¿Y qué decir de los pasteles de Londres? Se los llevé a mi suegra y casi me da un beso. Olvidó lo mucho que me odia comiendo los pasteles. También le llevé casados y morgados. Me gusta comprar dulces en Portugal. Los que venden en Tavira son deliciosos.