Hace años los troncos de los árboles se transportaban por las aguas de los ríos de España. Los pastoreaban los gancheros, una profesión dura que ha sido homenajeada y recordada en el Museo Regional de los gancheros y la madera en Cañizares, Cuenca.
Los gancheros conducían los troncos por el río hasta Aranjuez, tal como nos muestran las imágenes que decoran las paredes del museo. Era una tradición milenaria en Cuenca. Los gancheros también se llamaban pastores de palos.
Nos contaron en el museo que los troncos podían llegar a medir hasta 40 metros. Pero no solían ser tan largos. Lo que me llamó la atención fue que muchos gancheros no supieran nadar. Sólo sabían hacer equilibrios sobre los pinos. Seguro que muchos murieron por no saber nadar. Los gancheros eran personas muy pobres. Se dedicaban a este oficio tan duro para sobrevivir.
¿Y cuánto podía tardar en llegar una maderada? La maderada desde Solán de Cabras hasta Aranjúez tardaba en llegar unos seis meses. Los gancheros se organizaban muy bien para subsistir tantos meses lejos de sus casas. Hacían sus comidas. Eran hombres preparados para sobrevivir.
Antes del Museo hubo en el edificio que lo alberga un pequeño restaurante. Estuve en ese restaurante y estaba decorado con motivos de los gancheros. Se ve que a los dueños les iba el tema. Me parece más interesante el museo que el restaurante. Yo fui con mi chico y aprendimos mucho de los gancheros. Eran hombres fuertes. Pero me alegro de que se haya acabado su profesión. Era muy dura. Encima los gancheros no estaba preparados para evitar ahogamientos. No sabían nadar, como os he dicho. Los jefes de los gancheros los querían poco preparados. Sólo les interesaba que se supieran comunicar bien entre ellos con gestos para evitar el ruido del río. Supongo que algunos sí sabrían nadar. El contacto con el agua te hace aprender.