Bangkok me pareció una ciudad bastante segura. Yo iba muerta de miedo. Sabía que la capital de Tailandia es la ciudad más poblada del país y esto me daba cierto temor porque una siempre piensa que las multitudes traen problemas. No fue el caso mientras yo anduve por allí con mi marido y unos amigos suyos, socios de sus negocios.
Pudimos salir por la noche sin problemas. Nos fuimos al Night Market de Pat Pong a vivir la noche. También salimos a cenar. Una de las noches que pasamos en esta bonita ciudad cenamos en el restaurante del hotel Lebua State Tower, a 65 pisos de altura. Daba vértigo mirar para abajo.
Durante el día, mientras mi marido hacía sus negocios, yo me iba con las esposas a hacer turismo. Visitamos el templo Wat Arun y el Gran Palacio Real, donde se celebran las ceremonias oficiales más importantes. Lo que no sabía era que fueran tan estrictos con la vestimenta. Yo llevaba un pantalón corto y me obligaron a ponerme un delantal por delante. Me sentí ridícula. Por eso os recomiendo faldas largas y pantalones largos para no tener problemas con las estrictas normas de decoro público. Por la calle nadie te dice nada, pero, si quieres entrar en un templo, te vienen con un delantal para que te tapes como una pecadora.
Lo que más disfruté de Bangkok fue el mercado flotante. Hay puestos donde puedes comprar de todo. También puedes comer muy rico si te gusta la comida rara. Yo le fui cogiendo el gusto. Por eso no tuve ningún problema a la hora de saborear las exquisiteces tailandesas. Allá donde fueres come lo que vieres.
Os recomiendo visitar Bangkok, una ciudad de altos edificios, muy poblada y que es casi tan segura como cualquier ciudad europea grande. Eso sí, no vayas a los barrios peligrosos. Siempre que te muevas por el Bangkok de las clases altas no tendrás problemas dela seguridad ciudadana.