La Panadería Flores Jiménez en Ávila se está haciendo muy famosa porque vende pan en La Moncloa. Mi madre lo leyó en un periódico y quiso comprar el pan que hornean en esta panadería a ver si era un manjar tan exquisito como suponía. Afortunadamente, no tuvo que desplazarse hasta Ávila para comprar unas barras. La Panadería Flores Jiménez en Ávila manda su pan al distrito de Caranbachel, a Usera, al Retiro, a Ferraz... Llevan pan a muchos restaurantes y a tiendas de Ávila, Valladolid y Madrid.
Mi madre les compra el pan de gran reserva, un pan alargado, de un kilo, fabricado con masa madre. Yo lo veo un pan como cualquier otro. Es rico, pero no es para desmayarse.
Dicen que este pan lo fabrican con mano de obra, es decir, con panaderos que amasan la harina como hace décadas. No utilizan máquinas amasadoras. Yo no creo que sea cierto porque sólo tienen 26 empleados en la plantilla del horno. Mucho tendrían que amasar.
Pese a todo y a sus precios altos, os recomiendo los panes de la Panadería Flores Jiménez en Ávila, aunque sólo sea para comer el mismo pan que come Rajoy. Mi madre tiene metido en su cabecita que es mejor el pan que venden en sus tiendas propias de Ávila y Medina del Campo. El otro día compró sus hogazas en Medina del Campo y le parecieron más sabrosas. Manías suyas.
Lo que sí me gustan son las empanadas que preparan en la Panadería Flores Jiménez en Ávila. Las hacen sabrosas y sin mucha cebolla. Tal como me gustan a mí. Pero el problema vuelven a ser los precios. Por lo que me cuesta una empanada grande de esta panadería compro cuatro en las panaderías baratas de los supermercados. Ya sé que no son lo mismo, pero una tiene que ahorrar y poner comida para todos en casa. El cuento de la masa madre no alimenta a mis hijas.