La japonesa calva de Jesús Tíscar es una novela negra llena de crítica social. Estamos en el año 2016 con un gobierno en funciones, en un barrio de una ciudad cualquiera. En este contexto aparece una japonesa con la cabeza rasurada que se gana la vida dando masajes.
La protagonista es una mujer interesante. Lo vas viendo según avanza la trama de la novela. Avanza y retrocede en el tiempo haciendo un juego de escenas pasadas con escenas presentes que te engancha. Yo no pude soltar el libro hasta la última página.
Pobreza, soledad, tristeza están muy presentes en esta novela de título sugerente. Yo la compré por el título. Pensé que la japonesa calva era un título que sólo podía anunciar una novela interesante. Miré la contraportada y vi que se trataba de una novela negra, un género que no me gusta demasiado. Yo prefiero el humor. La japonesa calva está escrita con prosa fluida, con párrafos largos que no se te hacen largos porque es una novela corta, que engancha, con mucho ritmo. Por eso os la recomiendo.
También os la recomiendo porque la protagonista, Kazumi Kuriwako, es una mujer interesante. Esta mujer explota lucrativamente el extraordinario poder de sus manos pequeñas. Lo malo es que se ve rodeada por personajes de bajos fondos entre los que no falta un guardia civil poco digno del traje que viste. Tenemos un bar en ese barrio alejado de la ley y cercano a su propia ley de barrio, donde las muertes son habituales y las peleas el pan nuestro de los habitantes de esas calles de una ciudad cualquiera.
Lo que no me gusta nada es la portada. No es una portada que invite a comprar la novela, más bien todo lo contrario. Yo, como os he dicho, la compré por el título. Por la foto de la portada nunca la hubiera comprado. No ponen a la japonesa guapa. Casi te la fotografían como un despojo humano.