Vilanova de la Geltrú era el sitio de vacaciones de verano de mi marido cuando era un niño y decidían las vacaciones sus padres. Por eso le gusta regresar a este bonito pueblo catalán todos los años conmigo y con las niñas. El año pasado nos alojamos en el Hotel Cesar en Vilanova i la Geltrú, un tres estrellas que está muy bien para pasar unos días con la familia de casa.
Nos dieron una habitación con vistas al jardín. Casi lo preferí porque las que daban a la playa eran mucho más ruidosas. Me hice amiga de una señora que dormía en una habitación con vistas al mar y me decía que era horrible. No podían dormir ni de día ni de noche. La insonorización en este hotel llevado por la misma familia desde el siglo XIX no es nada buena. El hotel es como la casa de tu suegra en el campo. No me extraña que sea el hotel preferido de la madre de mi marido. En el Hotel Cesar en Vilanova i la Geltrú se alojaban cuando mi santo era un niño.
La habitación estaba decorada con gusto casero. Una cama más pequeña que grande con colcha blanca a juego con la tela del canapé. El televisor, colocado en una pared como los de los bares de barrio, era chiquitito. Ni lo encendimos. Teníamos una cama auxiliar para las niñas, un pequeño escritorio y poco más.
Pero me pareció el desayuno. Había bollos de supermercado colocados sin ningún arte y fiambres al lado de los zumos de cartón. Lo que me gustó fue el café. Hacían un café rico. Menos mano tenían con las infusiones. Pedí una tila y me sabía a manzanilla.
Pese a alguna desventaja, os recomiendo el Hotel Cesar en Vilanova i la Geltrú. Está a dos minutos de la playa. Es un hotel muy práctico para unas vacaciones de sol y playa con niños de corta edad. Es fantástico no tener que coger ningún coche para ir a la playa.