Me gusta Viana do Castelo, una ciudad portuguesa a la que vamos con cierta frecuencia porque tiene teleférico. Puede parecer una tontería, pero a mis hijas les encantan los teleféricos. Un paseo hasta los altos de la Iglesia de Santa Luzia es el mejor regalo que les podemos hacer cuando estamos en esta bella ciudad lusa.
A la Iglesia de Santa Luzia peregrina mucha gente, aunque menos que en otros tiempos. Recuerdo las peregrinaciones que había cuando yo era niña y no son comparables. La Fe va a menos en todos los países. Hoy en día encuentras más gente en el centro comercial que en el Monte de esta basílica tan famosa en todo Portugal.
Yo pasé más tiempo en el centro comercial. Me refiero a la Estação Viana Shopping, un centro comercial que está al lado de la estación. Encuentras tiendas de todo tipo, desde alimentación hasta moda pasando por decoración y joyas. Le dejé a mi marido la cartera temblando.No hay nada que me haga más feliz que ir de compras.
No todo fue ir de compras, por supuesto. Mi marido nos llevó de paseo por el casco histórico de Vaina do Castelo, donde vimos edificios antiguos. El ayuntamiento no me pareció nada bonito. Era un edificio tan viejo y horroroso que no le saqué ninguna foto. Está en la Plaza de la República, frente a la fuente. Más bonita es la Estación de tren. Tiene una fachada antigua preciosa. Está al lado del centro comercial, como os he dicho.
Mi marido fue a ver solo la capilla de Santiago. Estaba místico. Me enseñó las fotos y no había nada que ver. Era una pequeña iglesia muy parecida amlas que se ven en las aldeas de Galicia. Eso sí, la tenían muy bien pintadita. Mis hijas y yo nos dedicamos a mirar escaparates mientras mi santo hacía turismo de templos solo. La niña mayor se me enamoró de una estatua que le llaman Escultura de Caramelu. En todos los países hacen estatuas de sus héroes. La niña quería saber quien era el señor de la estatua. A mí me daba igual quien fuera. No podía con mi dolor de pies. Ser turista es todo un trabajo.
Os recomiendo visitar Viana do Castelo en Portugal, una ciudad de peregrinaciones en la que puedes hacer compras interesantes en su centro comercial más grande y en las pequeñas tiendas que encuentras en el centro. Es una ciudad bonita.