¡¡Hola a todos!!
Ahora quiero hablaros de unas festividades que tuve la oportunidad de conocer hace unos años. Y es de lo que os voy a hablar ahora mismo, de cómo vivimos nosotros la festividad de Santiago Apóstol.
Así que nos fuimos justo el 24 de julio porque la del hotel nos recomendó los fuegos artificiales que echan desde la catedral.
Después de seis horas agobiantes de viaje, llegamos a Santiago de Compostela y tras perdernos por la ciudad, conseguimos gracias a su amable gente y a una pareja que se montó en la parte trasera del coche para guiarnos, llegar a ver a tiempo los fuegos artificiales de la fachada de la catedral de Santiago.
Estos fuegos es uno de los atractivos que tienen las fiestas de Santiago. Estando un poco lejos de la catedral, más o menos en el barrio que está detrás del ayuntamiento, es donde vimos los fuegos artificiales. La verdad que duraron bastante tiempo, creo recordar que fue más o menos media hora, y empezaron a las doce de la noche. Había fuegos artificiales por todos los lados, por la parte trasera de la catedral, por la parte delantera y saliendo desde arriba cerca del Santo. Nos encantaron.
Esa noche no hicimos nada más, nos quedamos con mal sabor de boca de no ver ambiente o bares de fiesta por la ciudad. Fuimos un rato por el casco viejo pensando que veríamos a gente, pero allí no había nadie.
Creo recordar que las fiestas de Santiago ponía en la programación que empiezan bastantes días antes del día grande, el 25 de julio pero nosotros el 24 a la noche no vimos mucho jaleo como se suelen ver, por ejemplo, en las fiestas de Vitoria.
Al día siguiente sí que había muchísima gente en la catedral, todos ansiosos de ver como lanzaban el botafumeiro. Es una de las cosas que más me gustan de Santiago. Luego dimos una vuelta por la plaza de las Platerias y si que vimos música, gaitas y una especie de muñecos cabezones haciendo bailes. Unos muñecos con unas caras desfiguradas y un poco raros algunos con vestidos raros, una especie de cabezudos bailando al ritmo de la música y entrelazándose entre ellos. Me gustaron también. Ese día parecía que había más ambiente por las calles.
Por la tarde nos fuimos al parque de la Alameda y allí vimos que ponen las barracas, no me dieron mucha seguridad las barracas puestas en una cuesta, me dio por pensar que alguna igual iba a pique, pero si que os puedo asegurar que desde la noria que ponen justo arriba del parque se tiene una visión fantástica de la ciudad. Además vimos por ese mismo parque a la noche una orquesta, pero no merecía demasiado la pena y había cuatro gatos bailando.
Creo que en la actualidad ya lo de los fuegos artificiales desde la fachada principal de la Catedral no lo hacen para no deteriorarla.
No me parecieron unas fiestas demasiado divertidas pero tienen su cosilla, aun así os recomiendo ir a verlas porque Santiago merece mucho la pena.
Un saludo a todos.