No tuvimos mucho que andar en la Ruta de Rajao: sólo diez kilómetros. Después de hacer rutas bastante más largas, mis pies agradecieron un ruta que se anda bien por unos parajes bonitos, como mucha arboleda autóctona. Por algo el Hayedo de Tobío, uno de los más grandes de la Rioja, está considerado el más bonito de esta Comunidad Autónoma.
Anduve con mi marido y con mis hijas entre hayas, robles y pinos de repoblación. No nos gustaron los pinos. Quedaban como un pegote entre la belleza de los hayedos. La Ruta de Rajao discurre por la zona de Rajao entre hayedos frondosos y otros árboles, como los pinos, que no acabaron de convencerme. No sé por qué tuvieron que estropear un hayedo plantando pinos.
Aún así el hayedo se ve frondoso y hay bonitas panorámicas desde algunas aprtes de la Ruta de Rajao. Por ejemplo, desde la Ermita de San Quiles. Nos dijeron que en esta ermita hay una romería muy bonita. Mi marido la anotó en su agenda para llevar a su madre. A mi suegra le gustan mucho las romerías.
No faltan centrales hidroeléctricas a lo largo de la ruta. La gente siempre utilizó el agua para conseguir electricidad. Está bien porque no son muy contaminantes.
Mis hijas disfrutaron mucho la ruta. Íbamos con unos amigos que conocían la zona y las dejaron encantadas con la leyenda de una cueva en la que había vivido un ladrón arrepentido. Al lado de esa cueva se construyó el Monasterio de la Valvanera.
Os recomiendo la Ruta de Rajao. No hay mucho que andar y transcurre entre mucha arboleda. Me apreció muy sana. Es un camino en el que respiras aire puro lejos del mundanal ruido y de la mundanal contaminación de las grandes ciudades en las que vivimos muchos. Es perfecta para acercar a los niños al campo bastante bien cuidado. Lo único que me gustó fue que se haya empezado a repoblar con pinos.