¡¡Buenas a todos!!
Si recordáis por otras opiniones, en las pasadas vacaciones Salamanca fue una de las ciudades elegidas para pasar unos días de descanso pero siendo turistas por la ciudad. Entre otras muchas atracciones turísticas, el Huerto de Calixto y Melibea fue uno de los que visitamos y os vengo a contar mi experiencia.
Tengo que confesar que esta visita era en particular la segunda vez que lo veía pero esta segunda vez me ha hecho recordarlo más a fondo y poder escribir mis experiencias por aquí.
El Huerto de Calixyo y Melibea como ya he comentado al principio se encuentra situado en la ciudad de Salamanca dentro del casco histórico de la ciudad. Se ubica en una ladera de la muralla con vistas al río, el río Tormes.
Se trata de un espacio de unos 2500 metros cuadrados aproximadamente que se ha convertido en jardín por la diversidad de plantas, árboles y flores que contiene.
Fue inaugurado en el año 1981 y su entrada principal es característica por la presencia de un arco. En lugar se convierte en un lugar romántico debido a la novela de Calixto y Melibea.
Para llegar hasta allí no hay pérdida alguna y prácticamente sin planificarlo, ya nos encontrábamos en la entrada al jardín. Desde la calle Patio Chico girando a nuestra derecha, ya nos vamos a encontrar una calle estrecha que llega directa a la puerta. Como ya he dicho anteriormente, el jardín tiene una única entrada y una única salida en forma de arco de piedra. A un lado se puede leer de qué lugar de Salamanca se trata, el jardín de Calixto y Melibea.
Nada más acceder a él ya el ambiente se vuelve sombrío por la cantidad de árboles y arbustos que tapan el cielo e incluso el sol, cosa que nos vino genial en el día tan caluroso de verano que llevábamos ese día. Tan solo se ve algo de luz y claridad al final de jardín, en los laterales, justo encima de la muralla.
Desde este lugar tan privilegiado se tienen unas buenas vistas de la ciudad de Salamanca. Las vistas dan al margen del río Tormes y se puede apreciar la altura de sus murallas desde arriba. También, en uno de los laterales, han instalado como una especie de mirador, que sobresale algo más que las murallas para tener mayor ángulo de visión y sacar fotos.
No sé que tiene de especial este jardín, pero ese día en particular vimos tres parejas recién casadas realizar varias fotografías en este jardín. Y es que tiene su encanto y con esto de que es romántico pues ya está, la combinación perfecta.
Merece la pena andar un rato en este jardín, o simplemente sentarse en uno de sus bancos a contemplar el paisaje, tener una conversación con alguien o simplemente estar a gusto. Porque la verdad que este sitio es muy tranquilo si consigues mantenerte al margen de toda la gente que va a visitarlo.
Se podía ver también chavalillos con sus parejas allí tranquilos, además de muchos turistas, claro. Se me ha olvidado comentaros que si miráis desde la muralla hacía atrás, podréis observar la cúpula de la Catedral Nueva.
Como podéis ver, es un lugar que nos encantó. Nosotros estamos acostumbrados a los parques porque Vitoria es una ciudad con mucho verde y este espacio en mitad del Casco Histórico es un acierto. Es un lugar tranquilo, fresquito y relajante, además de romántico. Y la presencia de un pequeño pozo en mitad del jardín, le da un toque más carismático aun a este jardín.
Se me ha olvidado comentaros también la gran diversidad de plantas, árboles y arbustos que hay algunos hasta con fruto. Está muy bien la verdad. Así que como podéis entender por supuesto que os lo recomiendo. Ya me contaréis qué os ha parecido.
Un saludo a todos.