Mi madre siempre compra los Garbanzos Extra Luengo para preparar los callos, un plato muy gallego que se prepara con carne de casquería. No te sale nada barato porque estos garbanzos ya te cuestan 3,45 euros el kilo y todavía te queda por comprar la carne, las especias y echarle cuenta a lo que te gasta una olla a cocción lenta durante horas. Yo nunca los preparo. Es mi madre la que se toma la molestia y paga el gasto en su casa, por supuesto.
Los Garbanzos Extra Luengo los encuentras a vender en muchos supermercados. Incluso los tengo visto a vender en botes de cristal ya cocidos. No es lo mismo. Los garbanzos de bote, por muy de cristal que sea, no tienen el sabor de los garbanzos que cocinas en tu casa. Pero son una gran ayuda para mujeres y hombres sin tiempo para cocinar.
Me gusta el envase: una bolsa que deja ver el contenido y tiene color rojo predominante con el dibujo de un agricultor en tinta azul. Da la impresión de producto serio. La marca es bastante conocida, sobre todo en la casa de mi madre. No veo que compre garbanzos de otra marca de la competencia. Debería hacerlo porque podría ahorrar algo de dinero en cada paquete. Yo soy muy de marcas de distribuidor. Mi madre, en cambio, es fiel a las marcas caras.
El paquete bien pesado. Pones el paquete en la báscula de la cocina y te da el kilo exacto. Yo miro mucho los pesos. También miro mucho que no queden los envases abiertos. Si te sobran garbanzos, puedes cerrar con la pegatina que trae con tal fin. Mi madre hace el paquete entero. Somos muchos y hacen falta. Incluso tiene hecho ollas de callos con dos paquetes. Más no porque mucha olla es encaldada, no comida de gente. Prefiero poner dos ollas a hacer una olla enorme. El sabor de la comida, sean garbanzos o lo que sea, en ollas muy grandes deja bastante que desear.