¡¡Muy buenas a todos!!
Hace ya unos cuantos años de mi estancia en este hotel de Hungría tras decidir a ir con una amiga a visitar la ciudad de Budapest. Tengo que decidir que al principio no teníamos mucha idea de a dónde ir, sabíamos que queríamos un país europeo, y la chica de la agencia de viajes nos informó que había viajes a esta ciudad, que estaban bien baratos y que la verdad que la ciudad merecía la pena, así que no lo dudamos más. En esta ocasión me gustaría hablaros del hotel Hunguest Platanus en Budapest.
Estuvimos alojados en este hotel durante cuatro días y más que nada elegimos éste guiados por la chica de la agencia de viajes de Vitoria, ya que no teníamos ni idea de ningún hotel de esta ciudad y este salía a un módico precio con avión incluido.
Tras tres horas de viaje desde Barajas, llegamos al aeropuerto húngaro y tras recogernos un autobús, nos fue dejando a los diferentes turistas que fuimos a pasar unos días por Budapest. A nosotros nos dejó de los primeros. La verdad es que ahora entiendo que nos dejara de los primeros porque el hotel no es nada céntrico, está bastante lejos del centro de la ciudad y de las zonas turísticas a visitar. Era tanta la distancia al centro de la ciudad que se nos hacía impensable el hecho de ir andando al mismo. A una cierta distancia de la entrada al hotel calle arriba, andando unos 5 minutos teníamos una boca de metro que nos llevaba directamente al centro tras muchas, muchas paradas.
El hotel por fuera tiene una fachada bien larga, ocupando la totalidad de la acera con un total de cuatro pisos, contando también la planta baja. En mitad del mismo, de forma simétrica nos vamos a encontrar la entrada principal, protegida por un techo en forma de recibidor con unas cuantas banderas hondeando a los lados de dicho techo que se utilizaba más que nada para llegar los coches a la misma entrada del hotel dejando de lado la carretera principal de la calle. Fue aquí donde nos dejó el autobús.
En recepción fue donde nos asignaron una habitación, ésta en la última planta. No fue un problema acceder a ella con las maletas ya que dispone de ascensor. Por otro lado, el diseño del hotel por dentro es bastante feo y sin detalle alguno. El pasillo que accede a las habitaciones es totalmente blanco, sin adornos en la pared ni adornos a ras del suelo. Se trata de un pasillo bastante ancho con suelo enmoquetado de color negro y verde oscuro y unas lámparas pegadas al techo alumbrando el largo pasillo. A ambos lados todas las puertas de las habitaciones de esa planta.
La habitación que nos tocó no era muy grande, un tamaño bastante normalillo. Nada más entrar a mano derecha teníamos la puerta del baño. El baño era muy funcional y sencillo, siguiendo la decoración del resto del hotel. Estaba provisto de un espejo de lo más sencillo, un lavabo, un retrete y una ducha. El resto de la habitación tenía el tamaño exacto para encajar justo dos camas individuales juntas con unas mesitas nuevamente de lo más sencillas a cada lado. A un lateral de la cama una ventana, sin persiana, adornada con una cortina para mi gusto bastante fea con una más opaca para no dejar pasar la luz del amanecer.
Hablando del tema de calefacción y con el frío que hace en Budapest, aunque la ciudad se encontraba en una ola de calor de unos 0º en pleno invierno, la calefacción estaba a tope, el radiador quemaba bastante y la habitación tenía la temperatura correcta, un calor muy rico que se agradecía después de haber visitado la ciudad.
La ventana nos daba a la parte trasera del hotel, donde se podía ver un patio con restos de una nevada, algunos coches aparcados y casas particulares de tamaño más bajo que el hotel. Un poco más alejado se veía la cúpula grande de color verde y por detrás una torre de más altura. La verdad es que las vistas no eran para nada apasionantes. En cuanto al estado de la habitación todo estaba limpio y bien ordenado.
Por otro lado teníamos el alojamiento con desayuno. Éste era en forma de buffet aunque no había demasiada variedad de productos. Lo que sí que había variedad era en lo que se refería a cereales, que había varios cuencos. Probé algunos de ellos, pero no me gustaron, me daba la sensación como si estuviera comiendo alpiste.
Me sorprende bastante que en este caso, las tres estrellas que tiene este hotel puede ser un hotel de una estrella de categoría de España porque era bastante sencillo y funcional en cuanto a decoración y estado del mobiliario. Si vuelvo por Budapest creo que me alojaré en uno algo más céntrico por lo que probaré con otro que tenga mejor pinta, al menos en lo que a las habitaciones respecta.
Un saludo a todos.