¡¡Hola de nuevo!!
Ahora os quería hablar de una de las iglesias que más me gustaron de mi visita en la ciudad de Budapest. Para que os hagáis una idea de su ubicación, la ciudad de Budapest se divide a su vez en dos ciudades, aunque siempre se la ha conocido por Budapest. La zona del Parlamento es Buda y del río Danubio en la otra dirección es Pest, así que esta iglesia se ubica en el lado de Pest, justo justo al lado del mirador del Bastión de los Pescadores.
Nosotros, como muchas de las cosas de Budapest, encontramos esta iglesia de casualidad. El primer día que salimos a la aventura por Budapest para ver las cosas más turísticas de la ciudad, acabamos encontrando esta iglesia, la iglesia de San Matías.
Todo comenzó en el Puente de las Cadenas, desde allí divisamos lo que parecía ser un funicular que daba acceso a la parte más alta de Pest. Lo cogimos y tras ascender por esa colina llegamos a la parte más alta de Pest. Estuvimos andando por las calles de esa zona, y al fondo pudimos comprobar que sobresalía sobre las casas bajas de Pest una torre que parecía un campanario de la iglesia, pues allí que nos fuimos.
Llegamos a la entrada principal de la iglesia y pudimos contemplar desde afuera que era preciosa. Lo que más me impresionó fue ese tejado que está formado por multitud de tejas de todos los colores. Una mezcla de colores verdes, blancos y marrones se podía ver en aquel tejado perfectamente construido. En la entrada principal a la iglesia, había una cola de gente, nos pusimos en la cola y tras espera un poco pudimos entrar al interior de la misma por un módico precio muy barato que al cambio del euro no llegaba a valer ni un solo euro, gracias a que por aquel entonces éramos estudiantes nos salió más barato, pero el precio normal no sube mucho más de precio.
Dentro pudimos admirar que era más preciosa aun. Tenía al fondo del todo el altar y en la parte de detrás, lo que más me sorprendió de la misma es que contaba con unas escaleras huecas y debajo de esas escaleras tenían unos agujeros desde los cuales salía calefacción. Así que con el frío que estábamos chupando en Budapest nos sentamos en esas escaleras a admirar esta preciosidad por dentro y ya de paso a calentarnos un poco, porque estábamos verdaderamente congelados.
Resumiendo, que esta iglesia es la más bonita bajo mi punto de vista que hay en Budapest, que es muy barata la entrada a la misma y que su diseño es todo un arte. Lo que sí que vais a comprobar es que está masificado de gente por el Bastión de los Pescadores que está justo al lado, pero la verdad que merece la pena la visita.
Un saludo a todos.