Cuando mi marido me dijo que había conseguido un hotel barato en Moscú me eché a temblar. Me esperaba algo así como una pensión barata. Nada de eso ocurrió. El Izmailovo Beta Hotel es un tres estrellas que merecería cuatro. Me he alojado en hoteles de cuatro estrellas en la capital de Rusia y en otras ciudades que no estaban tan bien como este tres estrellas con decoración de piso de familia de clase media.
Estuvimos cómodos. Íbamos para ver algún partido del Mundial y mi amorcito no quería gastar mucho. Yo creo que eligió un hotel barato para ir solo. Sabe que los hoteles baratos no van mucho conmigo. El Izmailovo Beta Hotel sí fue. Tenía el metro cerca y en 15 minutos de viaje en metro estaba en la Plaza Roja de Moscú. Sólo fui una vez. Las restantes salidas de tiendas las hice a un mercado barato que me quedaba al lado del hotel como si fuera una rusa más. Con un poco de inglés que entendían los vendedores conseguí comprar a lo grande. No hay nada que me haga más feliz que una tarde de compras.
Es un hotel que os recomiendo. Que nadie espere encontrar un hotel del tercer mundo. En el Izmailovo Beta Hotel los ascensores van más rápidos que en mi edificio. Se nota que son ascensores de buena fabricación rusa. También destacaría el aseo. Sin lujos el aseo era cómodo, estaba limpio y tenía unos sanitarios bastante nuevos. El mantenimiento del hotel en general es bueno.
Lo único que cambiaría de este hotel son sus suelos. Demasiada moqueta para mi gusto. Los suelos se ven limpios, pero la moqueta no me da sensación de limpieza precisamente. Mi marido decía que era el suelo ideal para un hotel de una ciudad donde hace tanto frío. La moqueta te permite andar descalza sin temblar de frío. Lo repito: hubiera preferido una tarima de madera en el suelo o las baldosas que tanto me gustan.