Ávila: una ciudad más medieval en septiembre
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Cleo5
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Acerca de:Ávila [Castilla y León]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
En septiembre Ávila se convierte en una ciudad más medieval gracias a su famosa fiesta medieval. La fiesta se celebra en el casco histórico de la ciudad. Yo fui este año con mi marido, mi madre y las niñas y nos lo pasamos de cine. Ávila es una ciudad pequeña. Tendrá como mucho unos cincuenta mil habitantes. Los días de la fiesta multiplica por dos su población.
Me encantaron los bailes de las banderas. Son unos bailes muy folclóricos, llenos del color que ponen los trajes regionales. Mi madre lo pasó mejor comprando. Le encanta comprar en los puestos de los mercadillos. Las artesanías son su perdición. Tiene su casa decorada con artesanías de todos los lugares del mundo mundial.
El mercado medieval estaba muy bien. Los vendedores estaban ataviados con trajes locales. La zona de productos locales estaba muy concurrida. Había una mesonera con traje típico que me contó que le había llevado media hora vestirse. Se lo curran. No me extraña que estas fiestas medievales sean tan conocidas. Había muchos turistas extranjeros.
Os recomiendo visitar Ávila, sobre todo los días de la fiesta medieval. Es en septiembre, la primera semana, cuando empieza a hacer algo de fresquito. Este año hizo bastante calor, pero, como te lo pasabas tan bien, te olvidabas hasta de las altas temperaturas. Además, por la tarde-noche se estaba muy bien. Mi madre incluso llevaba una chaqueta porque decía que refrescaba al caer la noche.
Ávila es mucho más que su fiesta medieval, por supuesto. No debes perderte sus murallas medievales perfectamente conservadas, la catedral del siglo XII y las otras muchas iglesias. Se nota que en esta ciudad nació Santa Teresa. Como decía mi madre, Ávila es una ciudad que huele a religión.
¿Y qué decir de la gastronomía de Ávila? Es una de las ciudades donde se come mejor. Yo regresé a casa con dos kilos ganados. Comimos una alubias con oreja de cerdo y chorizo que me hicieron olvidar la dieta. Debí haberme quedado con la sopa castellana, pero, fue oler el choricito y lanzarme a la comilona.
Me encantaron los bailes de las banderas. Son unos bailes muy folclóricos, llenos del color que ponen los trajes regionales. Mi madre lo pasó mejor comprando. Le encanta comprar en los puestos de los mercadillos. Las artesanías son su perdición. Tiene su casa decorada con artesanías de todos los lugares del mundo mundial.
El mercado medieval estaba muy bien. Los vendedores estaban ataviados con trajes locales. La zona de productos locales estaba muy concurrida. Había una mesonera con traje típico que me contó que le había llevado media hora vestirse. Se lo curran. No me extraña que estas fiestas medievales sean tan conocidas. Había muchos turistas extranjeros.
Os recomiendo visitar Ávila, sobre todo los días de la fiesta medieval. Es en septiembre, la primera semana, cuando empieza a hacer algo de fresquito. Este año hizo bastante calor, pero, como te lo pasabas tan bien, te olvidabas hasta de las altas temperaturas. Además, por la tarde-noche se estaba muy bien. Mi madre incluso llevaba una chaqueta porque decía que refrescaba al caer la noche.
Ávila es mucho más que su fiesta medieval, por supuesto. No debes perderte sus murallas medievales perfectamente conservadas, la catedral del siglo XII y las otras muchas iglesias. Se nota que en esta ciudad nació Santa Teresa. Como decía mi madre, Ávila es una ciudad que huele a religión.
¿Y qué decir de la gastronomía de Ávila? Es una de las ciudades donde se come mejor. Yo regresé a casa con dos kilos ganados. Comimos una alubias con oreja de cerdo y chorizo que me hicieron olvidar la dieta. Debí haberme quedado con la sopa castellana, pero, fue oler el choricito y lanzarme a la comilona.
Fecha:07:22:35 10/09/18
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
Etiquetas:ciudades, Ávila, Castilla, fiestas, poblaciones
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