Elegimos el Hotel Spa Attica 21, Villalba porque había una oferta que incluía una sesión diaria de spa. Yo miro mucho los regalos que vienen en el paquete. El spa me vino de cine para quitarme de encima el cansancio que tenía acumulado. También le vino de cine a mi marido que fuera gratis. Siempre se queja de lo mucho que gasto en los spa de los hoteles. El spa no era nada espectacular. Me pareció corrientito. Tampoco esperaba más en un hotel de pueblo que nos costó encontrar. No teníamos el día en las carreteras comarcales cuando fuimos hacia Villalba.
Lo bueno del spa era que te daban las chanclas y el albornoz además de las toallas. Estaba muy concurrido. Parecía que todos los clientes del hotel nos pusimos de acuerdo para ir al spa. Mi marido fue un día y no volvió. No le gustan los spas hasta los topes de gente. Yo no le hice ascos porque me salía gratis. A caballo dado no le mires los dientes.
Nos dieron una habitación cómoda, grande y muy funcional. No te sentías como en casa. Era una habitación muy de hotel. Lo que no me gustó nada fue que las lamparillas de las mesillas de noche bajaran del techo con un cable. Nunca había visto nada igual. El televisor también era mejorable. Lo vi antiguo y pequeño. Ni lo encendí. Mi marido, en cambio, se animó a mirar el fútbol en aquella pantalla más propia de un salón de un piso proletario que de un hotel.
Os recomiendo el Hotel Spa Attica 21, Villalba por las ofertas interesantes que tiene. Como es un hotel de pueblo compiten más en precios que en calidad. Aún así hay que reconocer que tiene sus ventajas. Por ejemplo, en el cuarto de baño tienes una bañera de cine para darte baños con burbujas. Yo volvería. Lo que no llevaría otra vez sería a mis hijas. Las niñas se aburrieron una barbaridad. El Hotel Spa Attica 21, Villalba no está pensado para que se diviertan los más pequeños de la casa. Es un hotel de adultos.