¡¡Hola a todos!!
Creo que enseguida va a hacer cerca de un año que decidimos pasar la festividad de San Prudencio, patrón de Álava en esta localidad y con ello visitar su más valioso y conocido castillo con su Palacio Real. Así que esta ocasión vengo con ganas de hablaros del Palacio Real de Olite.
LOCALIZACIÓN
El Palacio Real se encuentra situado en la localidad de Olite, perteneciente a la Comunidad Foral de Navarra. Se trata de una construcción de carácter cortesano y militar construido durantes los siglos XIII y XIV.
Fue el lugar de residencia de Carlos III y la de la Corte del Reino de Navarra.
CARACTERÍSTICAS
El Palacio Real de Olite es uno de los conjuntos histórico-artísticos más importante de la Comunidad Foral de Navarra. Actualmente está dividido en tres partes: Palacio Viejo que es actualmente el Parador de la localidad, ruinas de la Capilla de San Jorge y el Palacio Nuevo, que es la parte visitable del monumento.
Fue construido entre los años 1402 y 1424 y comprende un complejo conjunto de estancias, jardines y fosos rodeados de altas murallas y rematados por numerosas torres que le dan una espectacular silueta.
El promotor de esta obra fue Carlos III, el Noble que fue rey de Navarra entre 1387 y 1425. Como su sobrenombre indica, a este rey de dinastía francesa se le conoce más por su amor por la cultura y la lujosa vida de palacio, que por sus campañas militares.
ZONAS DEL PALACIO REAL
Jardín Viejo
Es el actual acceso al Palacio Nuevo. La entrada principal al Palacio Real en tiempos del rey Carlos III el Noble estaba situada en el Palacio Viejo. Se conocía como el Jardín Viejo y tenía gran variedad de árboles y plantas que lo poblaban.
Sólo es un ejemplo de los jardines que tenía el Palacio tanto en su interior como en sus alrededores. Jardines repletos de naranjos, limoneros, cidras, granados y jazmines de Alejandría, plantas exóticas de aquellos años. Desde el patio se precia el imponente ábside de la Iglesia de Santa María y el arranque de la torre del campanario de dicha iglesia.
La entrada para continuar el recorrido está al fondo del patio a la derecha, bajo los arcos.
Sala de excavaciones
Está abierta al público desde el año 1996 y se pensó en un momento utilizarla como sala de exposiciones. Se levantó el suelo moderno que existía y bajo éste apareció el actual suelo de losetas de barro. Presentaba una serie de abombamientos por lo que decidieron hacer catas descubriendo tres imponentes soportes: un pilar, una columna y parte de un muro que tienen más de 8 metros de profundidad.
Por lo que parece, bajo el suelo, hubo una sala de altos techos cuya función es desconocida y en siglos posteriores se rellenó con escombros.
Sala de los arcos
Es una de las salas más espectaculares del Palacio. Su función fue únicamente arquitectónica ya que se construyó para soportar el peso del pequeño jardín de la reina.
Los grandes arcos sujetan la plataforma donde está ubicado el jardín, en un primer piso, lo que le convierte en un jardín colgante. Cuando llovía, el agua se filtraba desde el jardín de la reina, por lo que la sala era muy húmeda y fría durante el invierno por lo que no pudo utilizarse para nada.
Las obras de impermeabilización se llevaron a cabo en el siglo XX y hoy en día se utiliza como escenario del marco del Festival de Teatro clásico de Olite.
Escaleras de acceso a la primera planta
Estas escaleras se caracterizan por su forma de caracol y son las que dan acceso a la planta noble del Palacio, en las que están las dependencias de los Reyes. Forma parte de la Gran Torre y es el núcleo principal del Palacio.
Hay que fijarse bien en casi todos los peldaños de las escaleras pues encontraremos unas marcas. Estas marcas son las marcas que los canteros hacían a sus piedras para después cobrar. Son un total de 34 escalones.
Cámara de la Reina o cámara de los Ángeles
En esta cámara es imprescindible observar la chimenea y las vistas al jardín. Esta habitación, al igual que el resto, estaba decorada con zócalos de madera, cerámicas de colores, tapices, pinturas y yeserías. En las puertas, hechas de madera y traídas del Pirineo Navarro, había gruesas cortinas de tapicería.
Los suelos estaban pavimentados con ladrillos esmaltados que cubrían con esteras hechas con juntos y tapices funcionando como alfombras durante el invierno; los ventanales lucían amplias vidrieras de colores y los techos aparecían cubiertos de artesonados de madera, algunos de ellos puntados en dorado.
Para hacernos una idea de cómo estaba amueblado el Palacio en el siglo XV, se conserva el inventario de los bienes y objetos personales dejados por el príncipe de Viana. Como ejemplo, el ajuar se componía de una silla dorada adornada con cuatro cabezas de león y tapizada con terciopelo verde, tres bancos de madera de ébano y roble, una mesa ligera y una cama con dosel de satén rojo bordado en oro, entre otro objetos.
La decoración se ha perdido totalmente por el incendio del año 1813. Recibe también el nombre la cámara de los Ángeles porque durante un tiempo parte de la decoración que cubría las paredes fueron esculturas de ángeles.
Cámara del Rey o Cámara de los Lazos
Esta zona es un gran salón con amplios ventanales góticos y gran chimenea utilizado por el Rey como lugar de recepción de invitados. Esta sala es uno de los mejores ejemplos del esplendor cortesano que alcanzó Olite durante el reinado de Carlos III el Noble. Los Reyes y sus hijos necesitaban numerosos servidores, repartidos entre los hostales particulares de cada miembro de la familia.
Su nieto Carlos, el Príncipe de Viana, llegó a tener 40 personas a su servicio. La sala se conoce también con el nombre de la Cámara de los Lazos porque el techo, un imponente artesonado de madera, estaba totalmente tallado con lazos, uno de los símbolos del reinado de Carlos III el Noble.
Cámara de los Yesos
Esta sala también se la llamaba Sala Mudéjar por el tipo de decoración de los yesos que cubren parte de sus muros. Es la única sala que conserva decoración original. En este caso de trata de 10 paneles de yeso hecho por maestros mudéjares que forman dibujos geométricos, lazos, emblemas heráldicos u hojas de castaño.
Debido a su delicado estado de conservación, el acceso al interior de esta sala está actualmente restringido.
Galería del Rey o Galería sobre los Naranjos
Es uno de los ejemplos más interesantes del gótico civil europeo. Hay que fijarse en la tracería de los arcos donde se diferenciarán perfectamente la parte restaurada de la original. En los últimos años de vida de Carlos III, esta galería se cubrió de vidrieras de colores para evitar las corrientes de aire. Además, como en las otras habitaciones, el techo de madera tallada, estaba pintado de dorado.
Esta galería recibió el nombre de Galería sobre los Naranjos por el jardín de naranjos que existía al pie del mirador. Esta galería orientada al sur permite ver los patios de la Morera y de la Pajarera.
Galería de la Reina
Adosada a la habitación de la reina, y sobre la sala de los arcos, se encuentra el claustrillo, antiguo jardín colgante, que en la actualidad está totalmente restaurado y únicamente conserva algún elemento original, como un ángel con filacteria, o las huellas de asiento de los pilares que fueron copiados de la galería del rey.
De este jardín debieron salir los cinco naranjos que la reina Catalina regaló a Luis XII de Francia con motivo de su boda con Ana de Bretaña. Parece que al menos uno de ellos había sido plantado por la reina Leonor, la mujer de Carlos III y que aun se conserva en los jardines de Versalles.
Torre del Portal de Fenero
Este portal de acceso, el único conservado de la época medieval, recibe este nombre porque el heno entraba a la ciudad de Olite por él. Sobre el portal hay un escudo con las armas de Navarra y Evreux. La muralla rodeaba totalmente la villa medieval. Existe documentación que demuestra que tanto Carlos II el Malo como su hijo Carlos III, ordenaron reparaciones en el conjunto fortificado.
Torre de la Atalaya o de la Joyosa Guarda
También llamada del vigía, desde esta torre se controlaba la llegada de cualquier noticia del exterior a la villa de Olite. La ventana representa el lazo eterno, uno de los símbolos de Carlos III.
Desde la Atalaya divisamos la silueta de Ujué, otra localidad navarra. Este pueblo, situado a más de 800 metros de altura sirvió durante muchos siglos de avanzadilla militar del reino de Navarra. Desde Ujué, situado muy cerca de la frontera con el reino de Aragón, se hacían señales a los diferentes puntos de vigilancia ubicados en todas las villas y pueblos que se ven desde allí. También se la conoce como la joyosa guarda porque los guardias y soldados se divertían bebiendo y jugando a los dados y las cartas.
Torre de los Cuatro Vientos o Tres Finestras
Se la denomina así por sus tres ventanales góticos. Asomados a los miradores de la Torre, los reyes y nobles contemplaban las corridas de toros, justas y torneos que se celebraban en la explanada exterior del palacio.
Torre del Aljibe
Se utilizaba como cisterna y sus piedras estaban unidas con plomo para evitar la fuga del agua. Éste se traía del río Cidacos, por medio de cañerías de cerámica a la parte baja de la Torre, a su pie, un torno de madera ascendía el agua hasta el interior del aljibe.
Todo el Palacio estaba dotado de un sistema de tuberías de plomo para canalizar el agua. Estas tuberías estaban embutidas en las hendiduras que se ven en muchas paredes del Palacio, sobre todo en el Patio de morera y en el Viejo Jardín.
En el suelo, bajo la tapa, se puede apreciar los únicos restos de tuberías que se conservan.
Torre de las Tres Coronas
Es una de las torres más pintorescas del Palacio. Es de forma octogonal y presenta tres cuerpos que van disminuyendo gradualmente, de ahí el nombre que recibe. Los diferentes pisos rodeados de pasillos de ronda y matacanes, fueron coronados con dos artísticas chimeneas.
Una de las leyendas que circula sobre ella, cuenta que el rey la mandó construir como una casa de juegos para sus hijos, aunque no existe documentación sobre ello. Desde ella se pueden observar perfectamente el pozo de hielo, las ruinas de la capilla de San Jorge y el Palacio Viejo que no son visitables.
Pozo del hielo
Bajo la enorme cáscara de huevo hay un pozo de 8 metros de profundidad donde se guardaba el hielo y la nieve del invierno, y los mantenía helados hasta el verano.
Lo conseguían gracias a la paja que funcionaba como aislante formando varias capas y además, guardaron este sitio estratégicamente ya que es uno de los puntos más fríos y sombríos de Olite. El hielo lo utilizaban para conseguir bebidas frías o helados, conservar los alimentos o con usos médicos. Aunque no podemos afirmar que los reyes llegaran a beneficiarse de esta estructura, la documentación existente prueba su uso desde el siglo XVII hasta principios del XX.
Ruinas de la Capilla de San Jorge
Era la capilla privada de los monarcas. Fue construida a finales del siglo XIV y a esta zona también se le conoce como el Palacio de la Reina, ya que Doña Leonor impulsó dichas obras. En la construcción participaron musulmanes de Valencia y levantaron muros, cornisas moriscas de ladrillo, yeserías, artesonados y zócalos de azulejos. Debajo de ella se conserva una de las bodegas del Palacio.
Palacio Viejo
Es el actual Parador de Turismo de Olite. Es el núcleo originario del Palacio, con origen romano ocupado por visigodos en el siglo VII, visitado por el rey navarro Sancho el Fuerte y reformado finalmente por la dinastía de los Teobaldos en el siglo XIII.
Lo único original que dejaron los años de expolio tras el incendio del siglo XIX fueron las paredes exteriores y las torres. El interior es completamente nuevo.
Se articulaba en torno a un patio central desde donde se accedía a caballerizas, graneros o despensas; con torres en sus esquinas, discurría paralelo a la antigua muralla.
Torre del Homenaje
Con sus casi 40 metros de altura, es el punto más alto del Palacio. Su altura actual no se corresponde con la que tuvo en su origen. Con las obras de reconstrucción del palacio se hizo más alta, siendo su altura original la de las amplias terrazas que quedan más abajo.
Desde aquí se puede contemplar las localidades de Tafalla, Beire, Pitillas, San Martín de Unx y Ujué.
Salas de exposiciones
En la segunda planta del Palacio encontramos dos pequeñas salas que son conocidas como salas de guardarropa y de las Damas de la Reina. En la actualidad encontrarás en dichas salas una exposición donde se pueden ver fotografías, maquetas y dibujos antiguos de su reconstrucción.
Patio de la Pajarera
Este patio estaba tapado con una red para que, a modo de gran jaula, los pájaros que había dentro no pudieran escapar. Hay que contemplar en este patio los nidos de yeso que se conservan en la pared y es que ahí anidaban algunos pájaros exóticos de la época que el Rey mantenía allí encerrados.
Además de pájaros, al Rey le gustaba tener todo tipo de animales como halcones y perros que utilizaba para cazar, hasta búfalos, jirafas, leones, camellos y lobos formando así un pequeño zoológico en los jardines cercanos al palacio.
Estos animales exóticos eran habituales en las Cortes de la época porque eran un símbolo de prestigio y poder.
Patio de la Morera
La imponente morera que da nombre al patio es Monumento Natural de Navarra, debido a que tiene más de 300 años, aunque según la leyenda se dice que puede tener más de 600 años y que la plantó el propio Carlos III.
Este patio, al igual que el resto de los jardines del palacio, estaba cubierto por unos toldos para evitar que los árboles se helaran en invierno.
HORARIO Y PRECIO
El Palacio Real está abierto al público en las estaciones de primavera y verano, exactamente desde el mes de marzo hasta el mes de septiembre.
El horario durante la primavera es de 10:00 horas a 18:00 horas de lunes a viernes, pero cierran una hora más tarde los fines de semana. El horario durante el mes de verano es un poco más amplio y cierran otra hora más tarde.
Disponen de un horario especial para la Semana Santa.
El precio de la entrada es de 3,50 euros por persona, aunque hay un precio especial para grupos. Las personas discapacitadas y niños menores de 5 años no pagan.
MI EXPERIENCIA PERSONAL
La verdad que ya había oído hablar por Vitoria a la gente de lo precioso y espectacular que era el Palacio de Olite pero todavía no había tenido la oportunidad de conocerlo. Así que, ¿qué mejor momento que un día festivo de tu ciudad pasarlo por allí? Pues allá que nos fuimos.
Tengo que confesar que la imagen del castillo o Palacio no se ve desde todas las partes del pueblo aunque su arquitectura elevada parezca que si. Su mayor esplendor o desde donde mejor se ve es desde una plaza del pueblo donde se encuentra el ayuntamiento.
Es aquí, desde esta plaza, donde se tiene el acceso o la entrada principal al mismo. Recuerdo que allí se encontraba una chica que nos atendió de maravilla. A una familia que estaba delante nuestro les habló un euskera perfecto y les dio el mapa del euskera. A nosotros por nuestro saludo, ya nos habló en castellano y nos proporcionó un mapa en castellano.
La entrada a la misma como ya he comentado antes es de 3,50 euros por persona y los niños menores de 5 años no pagan y hay alguna que otra oferta también para grupos.
En cuanto al interés en general que despierta este palacio como comprenderéis es elevadísimo e importantísimo tanto para Navarra como para el norte. Daros cuenta que allí se vivieron los Reyes de Navarra y son muchos los años de historia que tiene este castillo o palacio.
El encanto de este lugar es fascinante. Es un castillo como todo el mundo ha soñado ver alguna vez o ese que te cuentan en un cuento. Aunque en el pasado tuvo su incendio en la actualidad se encuentra perfectamente restaurado y conservado.
La ubicación del mismo no puede ser mejor dentro del pueblo pues básicamente se encuentra en el centro del mismo, detrás del Parador y en su alrededor son numerosos los restaurantes que han abierto y donde se puede comer y cenar debido al turismo que despierta este castillo en la zona. Para aparcar con el coche no hay problema alguno ya que hay aparcamientos en el exterior del pueblo.
La única pega que le puedo sacar a este castillo es que hay zonas que son poco accesibles y se puede hacer complicada su visita. Mi pareja, en su momento estaba embarazada y hubo algún recorrido que directamente se lo tuvo que saltar y nos esperó abajo porque no podía subir. Como todo castillo que se precie, y éste en particular, tiene numerosas torres que hay que subir por unas escaleras de caracol que son interminables y con una inclinación elegante, así que entiendo que haya ciertas personas que no puedan visitar según qué zonas.
Además si vas con carrito de niño, o eres una persona con movidad reducida olvidaté de visitarlo por dentro porque como digo hay muchas escaleras difíciles, zonas no tan accesibles y el Palacio se va a convertir en un laberinto sin salida.
CONCLUSIÓN
Pero la verdad que la visita a este Palacio no nos pudo encantar más. Cada sala, cada zona, la arquitectura, los patios, prácticamente todo es digno de ver. Es un pedazo de Palacio con muchos años de historia a la espalda que merece la pena ser visitado. Así que por supuesto que os lo recomiendo.
Un saludo a todos.