Mi marido y yo hicimos un viaje romántico a la Playa del Carmen en México y nos alojamos cuatro días en el maravilloso TRS Yucatán Palladium, un hotel que es como un trocito de paraíso en mitad de la Tierra. Tiene cinco estrellas muy merecidas. Es sencillamente de diez.
Este hotel sólo admite adultos. Está pensado para personas que quieren vivir el lujo lejos de los niños que dejan en casa o que no tienen. Nosotros dejamos nuestras niñas en casa al cuidado de las abuelas. Así pudimos disfrutar sin preocupaciones de la playa privada del hotel, de su infinity pool y de un teatro de espectáculos que me dejó impresionada. Era un teatro que recordaba mucho al Circo del Sol con su Chic Cabaret. También lo pasamos muy bien en el beach club al estilo ibicenco.
Para ir por el hotel no debes olvidar tu pulsera abrepuertas. Puede parecer un lío pero no lo es. La pulsera la puedes mojar. No se estropea. Mi marido y yo nadamos en las piscinas y en la playa sin sacar la pulsera que abría las puertas de nuestra habitación y de otras estancias del hotel.
Poco anduve. Cuando quería desplazarme por el complejo hotelero pedía el servicio de transporte mediante la aplicación correspondiente. Así iba desde la villa que teníamos alquilada hasta la playa, por ejemplo. El servicio de transporte te lleva al lugar del resort que quieras ir.
El TRS Yucatán Palladium tiene una arquitectura muy colonial que se integra a la perfección en el jardín tipo jungla. El jardín es inmenso. Te pierdes. Mi marido lo exploró por su cuenta. A mí me daba un poco de miedo perderme por sus senderos. Hay mucha fauna por la jungla que rodea las edificaciones. La fauna convive con los huéspedes sin problemas. Había gente que acariciaba aquellos animales que algún día habrían sido salvajes. Eran como bichos de un zoo doméstico.
Os recomiendo el TRS Yucatán Palladium. Tiene dos piscinas de agua dulce con jacuzzi que no debes perderte. A mí me acabó gustando más la piscina de agua salada. Estaba menos concurrida. Cuando nos alojamos nosotros en este hotel mexicano estaba hasta los topes de gente. Afortunadamente, pudimos conseguir una de las mejores villas, de las que tienen piscina privada en la terraza. Pero, pese a tener piscina privada, no me perdí la playa. Tienen una playa fabulosa.