La cocinera de Castamar de Fernando J. Múñez es una novela larga y más larga se me hizo cuando caí en un rollo de novela rosa mezclada con toda la Historia habida y por haber en el siglo XVIII español. Es una novela narrada desde el punto de vista de las mujeres, o eso cree su autor. Leyendo sus muchas páginas te das cuenta de que está escribiendo un hombre imaginando lo que pensaría una mujer del siglo XVIII. Los hombre metidos a mujeres no convencen. Era mejor que este tal Fernando J. Múñez escribiera esta primera novela suya desde el punto de vista de un varón. Hubiera sido más creíble.
En total son 764 páginas. No sé como leí tanto de una novela que empezó a disgustarme después de las cinco primeras páginas. La leí porque siempre me llaman la atención las obras que publica la editorial Planeta, una editorial que se caracteriza por no publicar literatura de los mejores, pero que vende por su marca. Los escritores que tienen la suerte de que les publique Planeta suelen tener el éxito de ventas garantizado.
La novela empieza su argumento en el año 1720, con la Guerra de Sucesión recién terminada en batallas, pero no en odios. Las guerras siempre alteran mucho las relaciones personales. La corte de Madrid es un hervidero de intrigas entre gente bien y menos bien, trampas para los incautos y peligros de toda índole. La protagonista es la guapa Clara Belmonte, hija de un médico ilustrado muerto en la cruel guerra. La guerra la ha dejado pobre. Nada nuevo bajo el sol. ¿Y qué hace nuestra Clarita para salir de la injusta pobreza? Pues cocinar. Sí, cocinar porque otra cosa no puede hacer porque padece una agorafobia que la limita mucho. También la limita su educación de señorita bien. No ha sido educada para ganarse la vida sino para ser una mujer florero. Lo malo es que a una chica pobre no hay hombre que la quiera. Los hombres sin recursos no le valen. Los hombres con recursos no la quieren. Menos mal que Clara sabe cocinar. Así encuentra trabajo en la casa del duque que se enamora de ella.
No os recomiendo ni os dejo de recomendar esta novela. Tal vez valga la pena leerla porque seguro que acaba en una serie. El autor viene del mundo audiovisual. Sabrá llevarla a la pequeña pantalla. Contactos no le falta. La novela ganaría en una serie. No le falta un malo malísimo que engancha más que la pobre protagonista.