El Hotel San Pedro de Caldas en Yanguas de Eresma, Segovia no es más que una casita de piedra marrón con tejado a dos aguas. Sencillo, limpio, tranquilo y lejos del mundanal ruido. No se puede pedir más para unas vacaciones tranquilas.
No siempre fue tan tranquilo. En el pasado no muy lejano era una fonda para los viajeros del ferrocarril de Yaguas. Hoy en día ha sido remodelado. En las antiguas cuadras pusieron las habitaciones. Son habitaciones coquetas y acogedoras, todas ellas con una zona de lectura en la misma habitación. Lectura o lo que quieras hacer, es decir, tienes unos sillones con una mesa auxiliar para relajarte lejos de la cama.
Desayunamos en el mismo hotelito. Nos pusieron un desayuno buffet bastante sobrado de bollos industriales. Pero estaban frescos. Mi marido se quejaba del café. Decía que le sabía a café de máquina de oficina. Yo creo que era su paladar. No tenía el día el pobre.
Aprovechamos nuestros dos días en el San Pedro de Caldas en Yanguas de Eresma, Segovia, para hacer algo de senderismo. Nos fuimos andando hasta el río Eresma. Esta zona es tierra de pinares y cereales. Me llamó la atención los campos de cereales diversos que se veían plantados.
Os recomiendo el Hotel San Pedro de Caldas en Yanguas de Eresma, Segovia, pese a alguna desventaja como las barreras arquitectónicas que te encuentras. A nosotros nos dieron una habitación en tonos rosáceos muy bonita. Lo que le hubiera quitado era los dos niveles. Tenías la cama en una zona más alta y dos escalones para abajo estaba el sofá, los sillones y una mesa auxiliar alargada. La mesa auxiliar nos hubiera sido de mayor utilidad más alta. Pero la mesa era lo de menos. Lo que me fastidiaba eran los escalones. Mi chico se levantó por la noche para ir al baño y casi se me mata en los escalones. Suponían una barrera arquitectónica que les debió parar la obra por parte del Ayuntamiento. Yo creo que no miraron bien el plano cuando le dieron el alta a la remodelación.