El Convent en La Fresnedas en Teruel: un hotel en un edifico religioso
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Cleo5
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Acerca de:Hotel & Restaurant El Convent [La Fresneda]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
A mi chico le gustan mucho los hoteles en edificios que fueron conventos. Dice que le dan tranquilidad. a mí casi me ponen de los nervios alguno de ellos. Fue lo que me pasó cuando estuvimos casi una semana alojados en El Convent en La Fresneda en Teruel, un hotel con encanto que está en un edificio que fue una una iglesia. Eso se llama reciclar. Pasaron de la iglesia construida el año 1613 a una vivienda particular y finalmente a un hotel con el que sus propietarios se ganan muy bien la vida.
Nos dieron una habitación en la primera planta bastante silenciosa. Sólo tuvimos ruidos los dos últimos días porque vino para la habitación de alado un señor con unos ronquidos horribles. Te despertaba de noche como si tuvieras una máquina de las viejas fábricas de la Revolución Industrial en la estancia contigua. Era horrible.
No faltaba en nuestra habitación arquitectura original, igual que en el resto de estancias que vimos. Las habitaciones nuevas están en la planta superior. Estaban todas ocupadas. Yo hubiera preferido una habitación más moderna. Estoy un poco cansada de habitaciones excesivamente rurales tirando a lo medieval. Por eso no descarto volver a este hotel para poder disfrutar de una habitación de las modernas.
Como os decía, no faltan restos de la etapa de convento del edificio. Por ejemplo, los azulejos y puertas del convento que nos señaló uno de los empleados tan orgullo del hotel como un dueño. NO faltan antiguos enseres a modo de elementos decorativos, sobre todo en estancias comunes.
Os recomiendo el El Convent en La Fresneda en Teruel, aunque sólo sea para tener la experiencia de comer en unos comedores que están en las antiguas capillas. Mi chico decía que olía a misa de las doce. Eso era porque le dijeron que estábamos en lo que habían sido capillas. Si no lo supiera, seguro que no le olía a nada que no fuera el corderito asado que nos pedimos casi todos los días para comer.
Nos dieron una habitación en la primera planta bastante silenciosa. Sólo tuvimos ruidos los dos últimos días porque vino para la habitación de alado un señor con unos ronquidos horribles. Te despertaba de noche como si tuvieras una máquina de las viejas fábricas de la Revolución Industrial en la estancia contigua. Era horrible.
No faltaba en nuestra habitación arquitectura original, igual que en el resto de estancias que vimos. Las habitaciones nuevas están en la planta superior. Estaban todas ocupadas. Yo hubiera preferido una habitación más moderna. Estoy un poco cansada de habitaciones excesivamente rurales tirando a lo medieval. Por eso no descarto volver a este hotel para poder disfrutar de una habitación de las modernas.
Como os decía, no faltan restos de la etapa de convento del edificio. Por ejemplo, los azulejos y puertas del convento que nos señaló uno de los empleados tan orgullo del hotel como un dueño. NO faltan antiguos enseres a modo de elementos decorativos, sobre todo en estancias comunes.
Os recomiendo el El Convent en La Fresneda en Teruel, aunque sólo sea para tener la experiencia de comer en unos comedores que están en las antiguas capillas. Mi chico decía que olía a misa de las doce. Eso era porque le dijeron que estábamos en lo que habían sido capillas. Si no lo supiera, seguro que no le olía a nada que no fuera el corderito asado que nos pedimos casi todos los días para comer.
Fecha:08:38:23 30/06/19
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes
Etiquetas:hoteles, alojamiento, restaurantes, Aragón, Teruel
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