Hice con mi chico y con las niñas la Senda del Roblón de Estalaya porque me habían hablado maravillas de esta ruta circular de poco trayecto. En hora y media la habíamos hecho. Ni me lo creía. Yo iba en unos playeros de andar por la ciudad sin mucha caminata. Pensé que me iba a dejar los pies. No fue el caso. Esta ruta la puedes hacer en zapatillas.
La ruta sale de una zona de aparcamiento. Empiezas a andar por unas praderas con animales en cercados. Tienes que tener cuidado con los animales de las ganaderías porque los cercados no están cerrados de todo. Son ese tipo de cierres algo abiertos para que los animales vayan de unos para otros. Creo que en Canadá hacen algo parecido. Pront llegamos a un frondoso bosque de robles, hayas, acedos, mostajos. Vimos el Roblón de Estalaya, el famoso roble que le da nombre a esta ruta. Mi chico se paró a hacerle miles de fotos. Me agobia su manía de fotografiarlo todo. No se da cuenta de que no disfruta del momento. Pero hay que dejarlo. Los hombres hacen lo que les da la gana, sobre todo cuando les riñes.
Cuando mi marido se cansó de hacerle fotos al roble famoso y mis hijas se cansaron de posar en las fotos, seguimos el camino. El bosque se empezó a despegar, los árboles frondosos quedaron atrás y apareció un pantano. Otro problema. Las niñas querían ponerse a nadar en aquellas aguas que yo no sabía si eran de fiar. Sólo permití que pasearan por la orilla del pantano agarradas a nuestras manos. Me gustó más esta zona del pantano, donde la vegetación cambia. Vimos muchos narcisos.
Os recomiendo hacer la Senda del Roblón de Estalaya. Es una ruta sencilla para hacer en familia. Los niños se divierten mucho en la zona del pantano. Pero debes tener cuidado: un pantano siempre es peligroso. También debes tener cuidado con el oso pardo. Andan varios osos pardos sueltos por la zona. Nosotros no vimos ninguno. Una gran suerte. Los osos de verdad siempre me dieron miedo.