Cortijo Águila Real en Guillena, Sevilla: un hotel que organiza tablaos

Acerca de:Hotel Cortijo Águila Real [Guillena]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
En el Hotel Cortijo Águila Real en Guillena, Sevilla, no nos aburrimos. Fuimos porque unos amigos nuestros habían organizado una fiesta rociera y estábamos invitados. El hotel lo tuvimos que pagar, por supuesto. Lo que fue gratis para nosotros fue la fiesta rociera que organizaron nuestros amigos y un tablao flamenco al que nos invitaron otros amigos que hicimos en este cortijo andaluz.

La casona está en mitad de un campo de 20 hectáreas de terreno donde cultivan trigo y girasol. Es una casa de campo rodeada de palmeras, buganvillas y macetas de geranios que me recordaron los geranios que tenía mi madre en casa cuando yo era pequeña. El césped lo tienen tan cuidado que parece artificial. Yo tuve que tocarlo con mis manos para creer que aquella perfección era posible. También hay una piscina que nos vino de cine para refrescarnos un poco. Yo no soy de siestas. Las horas más calurosas me las pasaba metida en la piscina como un pato.

El buen gusto está muy presente en la decoración de los interiores de este pequeño hotel con mucho encanto. Los salones y las estancias comunes tienen un toque andaluz muy bonito bien mezclado con detalles más modernos. Las habitaciones son amplias y luminosas. La nuestra tenía muebles pintados a mano. Bueno, todos los muebles eran pintados a mano. Los dueños del cortijo invirtieron bien su dinero en decoración acorde con la casa.

Coincidimos con una empresa que celebraba una convención en el palomar. En el Cortijo Águila Real en Guillena, Sevilla, le sacan dinero a todo. Yo me asomé y me olía a palomas. Sería mi imaginación, pero me olía a esas pequeñas aves que ensucian todas las ciudades. Mi chico se partía de risa. Le dije que no se riera tanto y que fuera quitándose de la cabeza la idea de llevar a su empresa al dichoso palomar en una de sus reuniones con potenciales clientes.

No falta en el Cortijo Águila Real en Guillena, Sevilla un tentadero. Pudimos ver una novillada. Nuestros amigos celebraban sus bodas de plata y tiraron la casa por la ventana. Yo no aguanté toda la novillada porque no me gusta ver sufrir a los animales ni a nadie. Hubo otros espectáculos taurinos a los que no asistí. Los toros no son lo mío.

Fui a ver el tablao flamenco, pero me gustó mucho más la fiesta rociera. Hubo invitados a la fiesta de las bodas de plata que se subieron a unos caballos para dar paseos por la finca. Yo no lo hice. Mi chico tampoco. Por él se subiría a uno de los caballos, pero no se lo permití. Me daban un poco de miedo.

Os recomiendo el Cortijo Águila Real en Guillena, Sevilla, un hotel rural andaluz en el que no e aburres. Lo tienen todo bien pensado para entretener al huésped.
Fecha:07:15:28 05/08/19
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
Votos:no disponible.
Categorías:Viajes