En verano comemos todos muchas ensaladas. No hace falta prepararlas. Sólo tienes que entrar en un supermercado y comprar una Ensalada Isabel. La venden en tres modalidades: mediterránea, italiana y ensaladilla rusa. Esta última es la que suelo comprar yo. Le encanta a mi marido.
El envase es una latita que trae un pequeño tenedor para facilitar que la comas en cualquier sitio. Es ideal para llevar a la playa. Puedes dar buena cuenta de tu ensalada sin pringar los dedos y sin necesidad de incluir en la bolsa de la merienda un tenedor de plástico de usar y tirar. Bueno, de usar y tirar también es el pequeño tenedor que trae. Mi suegra es tan cutre que recicla los tenedores de la Ensalada Isabel. Mi marido dice que los colecciona. No le falta razón. Su madre guarda un montón de cosas inútiles que acaba tirando cuando olvida cómo las iba a reciclar.
Os recomiendo las Ensaladas Isabel. Las hay en marcas de distribuidor, pero no es lo mismo. Isabel es Isabel. La ensaladilla rusa, por ejemplo, la hacen igualito que mi suegra: le ponen su atún, unos vegetales y la cantidad justa de mayonesa. A mi marido también le gusta mucho la ensaladilla mediterránea. Lleva hortalizas y una buena cantidad de atún.
La desventaja que les encuentro a estas Ensaladas Isabel es la misma que encuentro en todas las conservas: el exceso de sal. Tienes que tener un vaso lleno de agua para aliviar la sed que dan. Por eso aconsejo no abusar de su consumo. No son muy sanas. Pero, cuando no hay tiempo para hacer tú la ensalada, puedes tirar de unas cuantas latas de Ensalada Isabel y solucionar la papeleta. Como os decía, para llevar a la playa o al campo son divinas. Se trata de comprar, abrir, comer y tirar el envase. Más fácil imposible.
¿Y el precio? Pues no salen nada baratas. Cada envase cuesta 1,95 euros. Son sólo 220 gramos. Los come una persona y queda con hambre. Yo compré estas ensaladillas con un descuento de un 70% en la segunda unidad la semana pasada. Me salió la segunda unidad en 0,59 euros. Aproveché para llenar la despensa. Así las tendré para cuando no me apetezca cocinar. Me ahorro preparar un plato tirando de las Ensaladas Isabel.