Mas Pau en Avionyonet de Puigventós en Girona es una casa rural que conocimos gracias a su restaurante. Fuimos con unos amigos a saborear la alta cocina catalana en el corazón del Alt Empordà. Regresamos unas semanas después para pasar un fin de semana comiendo a lo grande. Es a comer lo que invitan sus tres comedores comunicados entre sí.
En nuestra segunda visita llevamos a mi suegra. Fue una sorpresa para ella ver el bar con mesas fabricadas a partir de máquinas de coser antiguas. Eso se llama reciclaje. El bar tiene los techos abovedados. No te queda duda de estar dentro de una masía del siglo XVII.
Tampoco te queda duda de la antiguedad del edificio cuando llegas y ves una fachada sencilla, de piedra, decorada con unas plantas trepadoras. Las habitaciones, en cambio, recuerdan más a las habitaciones de un piso de ciudad que a las de una masía. Unas paredes de color salmón me hicieron sentir casi en la casa de Barbie. Más me sentí en un mundo rosa cuando abrí la puerta del cuarto de baño y me encontré un llamativo mármol rosa como protagonista de la decoración del cuarto de aseo.
Mi suegra se quejó del mobiliario gastado. Se está volviendo muy de Ikea gracias a mí. Lo que sí le gustaron fueron las cortinas. Tenían unos colores muy primaverales. Pura alegría empezabas a sentir mirando para las cortinas de las habitaciones.
No faltan cultivos alrededor de la casa. Sus dueños saben sacarle partido al negocio: casa con alojamientos, buen restaurante y un huerto para tener materia prima propia para las comidas. Los felicito por el negocio completo que han montado. Deberían tomar nota otros restaurantes y pequeños hoteles: un huerto propio es la mejor apuesta que se puede hacer por la agricultura respetuosa con el medio ambiente.
Nosotros quedamos muy contentos con el trato recibido. Nos sentimos como en casa. Por eso os recomiendo Mas Pau. Es bastante fácil de encontrar: está a unos cuatro kilómetros de Figueres. Olot te queda a la izquierda.