Uh hotel rural en una casa colonial tinerfeña

Enviado por...
Scarlett2000
Últimas opiniones
Incidencias

Si hay algún problema, no dudes en decírnoslo:

Acerca de:Hotel Rural La Casa Amarilla [Los Silos]
Ventajas:dichas
Desventajas:dichas
La Casa Amarilla en Los Silos, Tenerife, es una casa rural cuyo color es el de su nombre: amarillo. Mi suegra casi no quiere entrar cuando llegamos. Es una convencida de que el color amarillo da mala suerte. No sé si el color amarillo es un color gafe. En el caso de la Casa Amarilla nos dio buena suerte. Pasamos cinco días inolvidables.

La casa data de los principios del siglo XX, cuando se estilaban en Canarias las mansiones coloniales. Nos resultó difícil encontrarla. Yo ya pensaba que mi marido se había equivocado a la hora de hacer la reserva. La casa no aparecía. Dimos vueltas por la Caleta de Iterián hasta localizar su doble acceso.

Mi marido había reservado alojamiento para todos en la Casa Amarilla porque se iban a alojar unos clientes suyos alemanes. No hay mejor manera de hacer negocios que cuando estás de vacaciones y compartes hotel. La gente tiene puesto el chip de gasto y acepta el contrato que le pones delante para firmar sin regateos.

Cuando entras en la Casa Amarilla encuentras una galería recoleta decorada con bandejas de fruta. Decoración tropical, dijo mi suegra. Yo le eché la mano a unas fresas. Estaban riquísimas. Mi marido y las niñas subieron rápidamente las escaleras que te llevaban a las habitaciones y al salón-comedor. Mi suegra también estaba cansada. Afortunadamente, rápidamente se sintió en su salsa. La decoración con muebles de anticuario le hizo recobrar la alegría. Tanto en las habitaciones como en las estancias comunes se veían muchos detalles de ultramar.

Os recomiendo la Casa Amarilla de Los Silos en la isla de Tenerife. Desde el mirador-solárium ves la plantación de plátanos que rodea la casa y el mar a lo lejos. Es un alojamiento muy tranquilo. Nos comentaron en recepción que casi todos sus huéspedes son alemanes. Se los llevan las agencias. Son turistas que dejan mucho dinerito y no arman alborotos.

Yo volvería a la Casa Amarilla hoy mismo. El ambiente colonial del pasado me gustó mucho. A 250 metros de la casa teníamos el mar. Fueron unas vacaciones de sol, playa, lecturas, paseos por el jardín y tardes de amigos bajo las palmeras. Casi me olvidé de mi suegra. La madre de mi marido se hizo muy amiga de la mujer del socio de mi santo y acabó siendo una ayuda para los negocios de la familia. Mi suegra vende muy bien.
Fecha:13:26:15 07/09/20
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
Votos:no disponible.
Categorías:Viajes