Si nos enseñarán a perder ganaríamos siempre de Albert Espinosa es un libro que recoge 19 relatos independientes en sus argumentos, pero relacionados en la tristeza que emana de cada uno de ellos. Albert nos entristece hablando de pérdidas en un círculo íntimo que engloba un hermano, una novia, una madre, un amor a primera vista. No se puede decir que los protagonistas de los relatos sean ganadores.
No falta el librero que hace labores de psicólogo de sus clientes recomendándoles lecturas para superar sus tristezas y problemas. Los personajes principales de los relatos están necesitados de cariño. Sólo así se entiende que un cliente de un hotel se acerque a la camarera del establecimiento hotelero donde se aloja.
Yo no le recomiendo este libro a nadie. Es tan triste que lo tienes que aparcar en una estantería alta para que no se te vaya la mano a cogerlo. ¿A quién le interesa leer la muerte de una madre? Una vez que lees un relato tan triste, no te extraña que lo siguiente sea la muerte de la novia en un accidente o que el bueno de Albert se afane en describir una operación a vida o muerte en otro relato. Leer relatos con chantajes y sobredosis es más llevadero. Ya habías leído lo peor. El odio, la envidia, los celos, la venganza son sentimientos que casi caen de cajón cuando avanzas en la lectura del libro. Albert Espinosa debía tener un momento próximo al suicidio cuando escribió estos relatos.
Otra desventaja del libro es la falta de originalidad. Todo lo que nos cuenta Albert ya nos lo habían contado miles de veces. Por ejemplo, el joven que recibe mensajes de WhatsApp de su novia muerta parece sacado de una novela de Stephen King.
Todos los relatos me defraudaron. El libro va de mal en peor. No falta un relato sobre los toros. Te vuelves antitaurina leyéndolo. El relato de la madre con Alzheimer me horrorizó. Albert se acordó de todos las personas con malísima suerte, incluyendo en la lista a un chico que es maltratado por su padre.
Albert Espinosa ha aprovechado el libro para hacer publicidad de otras obras suyas. Escribe dos citas de libros escritos por su pluma antes de cada relato junto con la cita de un libro de otro escritor. Seguro que piensa que sus citas son mejores. Tras las citas viene el relato. Después del relato unos dibujos le dan un toque distinto al libro.
Este libro es ideal para regalar a un suegro que no quieras o a un abuelo que quieras que fallezca pronto para heredar sus bienes. Los matarías de tristeza. Leyendo el relato del hombre que retrocede cuarenta años para poder despedirse de su madre te hundes. Más te hundes cuando te cuenta la noche que pasan dos hermanos previa a la operación de uno de ellos. Albert Espinosa sabe como deprimir al personal.