El aceite de oliva virgen extra Hojiblanca es el aceite de la botella verde que encuentras a vender cada día en más supermercados y tiendas de alimentación. Su precio razonable hace que lo metas en la cesta. Una vez que lo pruebas, repites. Fue lo que me pasó a mí con este aceite que no falta en mi despensa.
Lo venden en botellas de un litro. Son botellas de plástico de color verde que cierran con un tapón del mismo color verde oscurito. Poco trasparenta el contenido la botella. Pero te das cuenta de que va a menos por su peso. Una botella vacía no pesa. No hay lugar a engaños.
La etiqueta de la botella nos muestra un campo de olivos. Los diseñadores del envase tuvieron a bien indicarnos que el aceite de oliva que viene dentro de la botella sale de los olivos de nuestra España. Leer en la etiqueta "Maestros de Hojiblanca" te hace imaginar un aceite de buena calidad.
Imaginas bien. Este aceite de oliva virgen no decepciona. A mi madre la tiene enamorada. Lo utiliza para guisar, freír, ensaladas y hasta para echar en las bisagras de las puertas que se empeñan en chillar. Mi madre es fan del Hojiblanca.
Su precio ayuda a hacernos fans de este aceite virgen. Cuesta la botella 3,99 euros. La semana pasada lo encontré de oferta. Vendía dos botellas por 7,50 euros. Las metí en el carro del supermercado. Todas las ofertas son bienvenidas en mi casa.
Os lo recomiendo. El aceite de oliva virgen extra Hojiblanca es uno de los mejores aceites que hay par la preparación de ensaladas. Tiene un toque picante que evita que le pongas sal. Sabe muy a oliva verde. Esto lo hace ideal para las ensaladas. Lo que no lo hace muy ideal es para darle un uso diario en mi casa. Mi estómago lo encuentra algo fuerte. Pero eso me pasa con todos los aceites de oliva virgen. Por eso tengo que usar más el aceite de girasol para cocinar.